domingo, 13 de diciembre de 2015

Puerta del Ángel y plaza Catalunya

LA PLAZA DE CATALUÑA...


Los primeros tiempos del solar de la Plaza de Cataluña, antes de urbanizarse.

Las décadas que se tardó en urbanizar la plaza de Cataluña fueron un calvario para los
ciudadanos que a diario se desplazaban entre Barcelona y la Villa de Gracia, Paseo de Gracia
arriba. Un fuerte viento en invierno y sol sahariano en los meses de verano, convertían el erial
polvoriento de la plaza en motivo satírico para los periódicos de la ciudad.

Hasta que se derribaron las murallas, el espacio actualmente ocupado por la plaza era una explanada a las afueras de la ciudad situada justo enfrente de una de las puertas principales, desde donde salían caminos hacia las poblaciones de los alrededores. Esto convirtió el lugar en el emplazamiento ideal para situar mercados al aire libre, y lo convirtió en un punto importante de la vida de la ciudad.

Posteriormente, se derribaron las murallas y se empezó a construir el Ensanche diseñado por Ildefonso Cerdá. El plan urbanístico de Cerdá no incluía ninguna plaza donde ahora está la plaza de Cataluña, puesto que según su plan el barrio gótico, igual que los otros núcleos de antiguas poblaciones del llano de Barcelona, quedaban relegados a barrios periféricos, mientras que el nuevo centro debía ser un lugar céntrico y bien comunicado, como por ejemplo la plaza de las Glorias Catalanas, que Cerdá diseñó con la voluntad de ser el nuevo epicentro, justo en el cruce de las principales vías de la ciudad, la avenida Diagonal, la Gran Vía de las Cortes Catalanas y la Avenida Meridiana.

A diferencia del plan Cerdá, el Plan Rovira de 1859, el preferido por el Ayuntamiento y la burguesía de la ciudad, sí que preveía una gran plaza en este punto. La inercia del uso que se daba a este espacio, combinada con el hecho de que el que debía convertirse en la plaza de las Glorias Catalanas solo era un descampado alejado de toda construcción, hicieron que la ciudad ocupara el solar de la plaza de Cataluña, que teóricamente debía ser edificable, con cafés, teatros y barracas de feriantes.

En 1862 el Ayuntamiento pidió que se comenzase urbanizar como plaza, pero el permiso oficial no fue concedido hasta el año 1889, con motivo de la Exposición Universal de 1888, cuando se convocó un concurso que ganó Pere Falqués. En 1892 fueron expropiados los terrenos, casas, y otras construcciones que se habían ido construyendo en medio del espacio que se había formado por el derribo de las murallas en 1858, un espacio que ya era conocido como la plaza de Cataluña.

Monumento a Francesc Macià (1991), de Josep Maria Subirachs, plaza de Cataluña de Barcelona. El pedestal representa la historia de Cataluña, mientras que la escalera invertida e inacabada simboliza el futuro del país, que se va construyendo día a día, peldaño a peldaño.
La primera etapa de urbanización (dos grandes vías en forma de aspa y una plaza circular en su punto de intersección) se inició en 1902. La segunda etapa se inició con motivo de la Exposición Internacional de 1929: el primer proyecto, de 1923, fue de Josep Puig i Cadafalch, pero se paralizó por las obras del metro entre 1924-1926 y definitivamente con la instauración de la dictadura de Primo de Rivera; fue sustituido por Francesc Nebot, que elaboró un proyecto prácticamente idéntico al de Puig, sustituyendo el obelisco previsto por el arquitecto modernista por un templete con columnata que finalmente no se llevó a término, motivo por el que Nebot dimitió, siendo sustituido por Joaquim Llansó, Josep Cabestany y Nicolau Maria Rubió i Tudurí. La plaza fue inaugurada por Alfonso XIII el 2 de noviembre de 1927.
Fuente Wikipedia.
Puerta del angel


Imagen del puente junto a la Puerta del Ángel antes del derribo de las murallas. Discurrían sobre las rieras
que desembocaban en el arroyo llamado El Cagaler, que recogía todas las aguas fecales de las Ramblas y sus calles adyacentes.
Nada más aprobarse en 1860 la ordenación del Ensanche por Ildefonso Cerdá que no preveía ninguna plaza en el actual emplazamiento, sólo un año más tarde en la manzana nº 39 donde hoy se encuentran las dos fuentes ornamentales, iniciaba la construcción de su mansión un rico prohombre de la ciudad, Manuel Gibert i Mariona Gavalda Sants que fue Presidente del Teatro del Liceo y de la Compañía del Tren Barcelona-Mataró. En 1895 la explanada que antaño albergó ferias y fiestas, tenderetes de ventas, osos bailarines y monos pedigüeños, amplió su catálogo de rarezas. Según el escritor y cronista Apel.les Mestres, no tardaron en aparecer por aquel punto de ocio casetas con una mujer barbuda, gigantes y pigmeos, terneros con dos cabezas y hasta un circo, que llegó para una estancia de seis meses y acabo quedándose 16 años.
Una vez decidida la urbanización definitiva del espacio, la casa Gibert y el ambiente que la rodeaba pasaría a formar parte del pasado. Aún así, el palacete con sus torreones guarda el honor de ser la única casa levantada en la plaza y figura en todas las imágenes tomadas antes de esa fecha, junto al café La Pajarera.
Fuente Ana Maria Ferrin.
Album.....GRABADOS.. DIBUJOS.MAPAS. TAPICES DE BARCELONA
Foto de Carmen Barcelona.









Plaça de Catalunya i Portal de l'Àngel.
A l'esquerra l'hotel Inglaterra, actual Telefonica.



"Graf Zepelin"
Sobrevolant ña Plaça Catalunya 1929

La Rambla de Canaletes I carrer de Pelai dibuix 1880
Reproducciò premsa d,època.

Al lado de Plaça Catalunya,,Portal de l´Angel,año 1932
fotografo: Gabriel Casas. (Album Plaça Catalunya i Tràfic,Circul.lació,etc...)


Curiosidad 
 
UN ANGEL CUSTODIO MADRILEÑO




 
UN ANGEL CUSTODIO MADRILEÑO


Si bajamos por Puerta del Ángel seguro que nos preguntamos de dónde viene este nombre. Durante la Edad Media por este lugar bajaba un riachuelo, que después torcía para pasar por delante de la Iglesia del Pi y desembocaba en el Cagalell, el riachuelo que pasaba por las Ramblas y llamada así porque a ella iban a parar todas las aguas residuales y pestilentes.
Cada 2 de octubre, encima de la muralla había una feria de granadas y de hecho éste era el primer día que oficialmente se podia comer esta fruta. Las mujeres embarazadas se comian una granada solicitando al santo ángel protección y buena conducta para el bebé que tenía que nacer.
El traslado de la imagen del santo ángel al barrio de Hostafrancs suposo también el de la feria.
Hoy en día observamos otra imagen, realizada por Ángel Ferrant Vázquez (Madrid, 1891- 1961), escultor afincado en nuestra ciudad. Cuando, ya anciano, quiso volver a Madrid, obsequió a la ciudad con esta escultura, recordando así una de las más bellas tradiciones barcelonesas.



Barcelona subterranea

Barcelona subterrània

 Los textos y las fotografías proceden de: Bereshit, de Enric H. March, Barcelofília y Barcelona ahora y siempre.

Interior de les clavegueres de Barcelona

Les ciutats creixen i es desenvolupen en dos plans, un d'horitzontal, menjant-se l'espai circumdant, i un altre de vertical en dos sentits: cap el cel i cap el subsòl. El sentit ascendent parteix de la superposició urbana: la ciutat moderna se sobreposa per capes a d'altres més antigues (la Barcelona actual està sobre la medieval i aquesta sobre la Barcino romana); i s’enlaira, també, fent créixer els edificis. En el sentit descendent, la ciutat busca sota terra l'espai que no pot ocupar a la superfície: un carrer, l’avinguda de la Llum, amb botigues, bars, billars i un cinema (actualment ocupat i dissimulat en part per una perfumeria en el Triangle de la plaça Catalunya, i la resta tancat i fora de la vista dels ciutadans); una plaça i un bar també sota la plaça Catalunya; trens, metros, clavegueres (com aquella on vam anar d'excursió), dipòsits d'aigua, pàrquings, urinaris i soterranis d'ús divers. Barcelona descansa sobre el seu passat i el seu present és només el darrer estrat. El pas del temps, però, fa que allò que no és a la vista continuï ocult al ciutadà i, sovint, oblidat.


L'Avinguda de la Llum, l'any 1950

LA DESAPARECIDA AVENIDA DE LA LUZ

 
La Avinguda de la Luz era una galería comercial subterránea de 2.000m2 de Barcelona que estaba ubicada bajo la Calle Pelayo, tocando a las Ramblas, entre la Plaza de Cataluña, la Calle de Balmes y la Calle de Vergara, al lado del vestíbulo de los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña. Fue inaugurada el 28 de Julio de 1940 y cerró definitivamente sus puertas el 21 de Mayo de 1990. La Avenida de la Luz pudo presumir de ser la primera galería comercial subterránea de Barcelona y también de Europa.

El túnel donde se ubicó ya existía desde 1929, ya que fue construido como parte de la estación de Plaza de Cataluña de los FGC con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.
El impulsor del proyecto  de remodelación y reutilización fue Jaume Sabaté Quixal, ex cónsul en Tailandia y hombre fuerte del franquismo, quien convirtió aquel túnel abandonado en unas modernas galerías comerciales.
El resultado fue premiado por el Ayuntamiento de Barcelona, quien en 1949 la declaró atracción turística para los muchos turistas que ya entonces visitaban esta ciudad.
Esta avenida tenía que formar parte de una ciudad subterránea que conduciría desde la Rambla de Cataluña hasta la Plaza de Urquinaona, pero a finales de los años sesenta comenzó su lento declive, y a principios de los años ochenta quedó prácticamente abandonada por los usuarios y las autoridades, pero aún recuerdo las múltiples campanas -actualmente peyas- de los estudiantes de la Academia Peñalver para ir a las matinales del cine y comernos un par de barquillos. ¡Dios mío, como olía a barquillos la Avenida de la Luz!


1945
1952
1958
1965
1985
Durante sus últimos años de vida, en los que los 'campaneros' habíamos ya desaparecido hacía tiempo, buena parte del día acabó siendo refugio de vagabundos y gente marginal lo que hizo que el número de comercios activos disminuyese por debajo de la mitad, el público también y tuviese que ser clausurada en 1990.
Una parte de esa antigua avenida, la ocupa actualmente la planta sótano de Séphora en 'El Triangle'. Si vais, fijaros en las columnas blancas y negras, eso era una parte de la Avenida de la Luz. Otra la entrada a los FGC -"ferrocatas"- de la calle Vergara.

L'any 2013 es publicava el llibre La Barcelona subterrània (Barcelona: Editorial Mediterrània, 2012), de Mireia Valls,  directora del Centro de Estudios de Simbología de Barcelona, que ens presenta una Barcelona oculta i ens parla de l'existència de coves naturals, cursos subterranis d’aigua, túnels de l’època medieval, clavegueres romanes, refugis de la Guerra Civil, antigues mines de metall i d’aigua, grutes artificials, hipogeus i sales de reunió secretes, estacions fantasma del metro i un llarg etcètera que formen un laberint que s’amaga en el subsòl de Barcelona, i que té com a centre el temple de la Sagrada Família de Gaudí, molt present en aquesta investigació, que posa al descobert, segons l'autora, una realitat desconeguda, oculta i silenciada.


L'estació de metro de Ferran (desapareguda?), a la línia 3, 

abans que es construís la de Drassanes (Foto: Brangulí)


La Barcelona subterrània recull indrets reals, però especula amb l'origen i la simbologia d'alguns elements: els humans ens resistim a les explicacions pràctiques i dotem a allò que és ocult d'un significat llegendari. Ara, dos anys després, s'hi afegeix el resultat de la magnífica tesi doctoral Barcelona oculta. La rellevància del subsòl en una gran ciutat contemporània realitzada per Rosina Vinyes, del Departament d'Urbanisme i Ordenació del Territori de la UPC, i dirigida per Àngel Martín Ramos, professor d'aquest departament i de l'Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona. A partir d'aquest treball la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) ha elaborat un plànol complet del subsòl urbà, on es pot veure des de les xarxes de serveis i comunicació (clavegueram, col·lectors, dipòsits, línies de metro, cotxeres, conduccions d'aigua, línies elèctriques, telefòniques...) fins a refugis, galeries i soterranis tant públics com privats, com els que s'amaguen sota el carrer Ausiàs March a causa del seu passat industrial. O ens permet identificar zones on el subsòl no és ocupat, com per exemple entre Gran Via, Casp, Llúria, Bruc i passeig de Sant Joan. Per què? Us ho imagineu? Perquè hi passava la Riera d'en Malla quan va ser desviada des de la rambla de Catalunya.


La riera d'en Malla passant pel carrer de Casp, sota l'antic
pont del passeig de Gràcia (1888)

Arxiu Històric de Barcelona

RIERA D'EN MALLA.

*1885.- Un plànol d'Enric Vilaplana en el que s'ha marcat en blau el curs de la Riera d'En Malla. Hi podem apreciar el gir sobtat que feia el curs de la riera abans d'arribar a la plaça Catalunya on prenia la direcció del carrer de Casp i després s'orientava cap al Bogatell. (Font: Institut Cartogràfic de Catalunya)
*1892.- Església dels Jesuites del carrer de Casp. La Riera d'en Malla seguia el curs d'aquest carrer en direcció cap a Fort Pienc i el Bogatell. Observi's l'alçada de la vorera i el pont amb baranes instal·lat per creuar la riera. (Foto: Arxiu Històric de Barcelona)  

Entre les nombroses rieres que surcaven el pla de Barcelona des de Collserola en direcció al mar, l'anomenada Riera d'en Malla en el seu primer tram feia de separació natural entre els antics termes municipals independents de Gràcia i Sant Gervasi de Cassoles. El nom de Malla venia d'una gran finca situada a la part més alta de l'actual Rambla de Catalunya.
De fet, recollia les aigues de la riera de Vallcarca i iniciva el seu curs a partir de la plaça Lesseps. La seva llera coincidia amb el traçat sinuós de l'actual avinguda Príncep d'Astúries. En aquest tram se l'anomenava també Riera de Cassoles. En arribar al principi del carrer Saragossa s'unia amb la Riera de Sant Gervasi i baixava fins a l'actual Plaça Gal·la Placídia. Seguint el seu curs descendent, es tornava a bifurcar en dos: La Riera de Sant Miquel i la pròpia Riera d'en Malla que continuava fins a creuar la Diagonal i s'endinsava cap a l'Eixample fins prendre el curs de l'actual Rambla de Catalunya per arribar fins els límits de la muralla de Barcelona. De fet, l'antiga Estació del tren de Martorell, que hi havia a la Rambla de Catalunya cantonada amb Ronda Universitat, va rebre també el nom d'Estació de la Riera d'en Malla.
A mesura que l'Eixample anava urbanitzant-se es feia cada cop més urgent procedir a canalitzar i desviar aquesta riera. Els dies de pluja intensa el fang cobria els carrers de la trama Cerdà i la Riera d'en Malla esdevenia una amenaça pels ciutadans.
Mentre la ciutat patia greus problemes de salut pública a conseqüència de les inundacions provocades per les baixades d'aigua cap a la ciutat, el projecte de canalització i soterrament de la Riera d'en Malla, va estar sempre impregnat de polèmica en gran part perque es varen plantejar diverses alternatives.
Finalment la riera es desviava abans d'arribar a la plaça Catalunya, a partir de l'indret on després hi hagué el Teatre Barcelona,  tot encarant el carrer Casp en direcció cap a Fort Pienc i el Bogatell. Nombrosos ponts i pontets acompanyaven el seu recorregut abans que no va ser coberta del tot.

*1888.- Pont sobre la Riera d'en Malla a la cruïlla amb el Passeig de Gràcía en un dibuix de l'època. (Font: Arxiu Històric de Barcelona)


*1895.- Dos dibuixos del pas de la Riera d'en Malla pel carrer de Casp. En la de dalt davant l'església del Jesuïtes i en la d'abaix a la cruïlla amb Roger de Llúría on el curs de la riera feia un revolt i abandonava el  carrer Casp.


Dipòsit d'aigües pluvials del Rei Martí (segle XIX), en el subsòl

dels carrers Jaume Càncer, 32, i Bellesguard, 14

Foto: Ajuntament de Barcelona




Explica l'autora que "la Barcelona oculta sota terra no sembla tan important com la ciutat que veiem per sobre de la superfície. No obstant això, sense la Barcelona invisible no seria possible la vida i el funcionament de la ciutat, ni tampoc ho serien molts dels usos, cada vegada més freqüents, que se situen sota els nostres carrers i edificis ".



Plànol que recull el subsòl de la tesi de Rosina Vinyes


Caldrà estar atents a la publicació d'aquesta tesi perquè se'm fa difícil creure que pugui recollir tot el subsòl de Barcelona. És relativament senzill tenir accés als serveis de subministrament (aigua, llum, gas, etc.) i de transport, però no ho és tant quan parlem d'espais privats que conserven relíquies del passat, com per exemple algun tram del Rec Comtal que porta aigua sota el barri de Sant Pere, o saber què amaguen alguns soterranis de botigues de Ciutat Vella, com és el cas de la supervivència de masmorres de la vella presó de la plaça de l’Àngel (abans del Blat i més antigament del Mercadal, nom que li ve del vell mercat establert en el segle IX). Aquí hi havia la Porta Principalis Sinistra (porta septentrional) de l'antiga muralla romana, en el Cardo Maximus. Sobre les torres circulars s’hi va bastir el Castell Vell, primer propietat del vescomtes de Barcelona, després casa del veguer i finalment presó fins que va ser enderrocada el 1823.

No parlem estrictament d'arqueologia, de desenterrar restes romanes, temples pagans, termes, basíliques paleocristianes, sinagogues o banys jueus (com la dubtosa miqvé -banys rituals jueus- de la pastisseria Caelum del carrer de la Palla, usada com a menjador), sinó de descoberta d'espais abandonats o que s'estan fent servir ignorant quin havia estat el seu antic ús; alguns d'ells, certament, d'origen romà o medieval, però d'altres, més moderns. Per posar un exemple, l'Infern de les desaparegudes Atraccions Apolo es conserva en part sota el nou edifici de l'Apolo i del pàrquing del costat: vagonetes, un monstre, el Dimoni o la Bruixa del vell Autogruta es conserven a prop dels antics tallers subterranis del funicular de Montjuïc. O les gàbies de l'antic Teatre Olympia de la ronda de Sant Pau, que fins fa un temps encara es conservaven dins del pàrquing del nou edifici.


Vagonetes abandonades de l'Autogruta, 

sota un subterrani del Paral·lel




Massa sovint passa que no percebem tota la realitat perquè només posem la mirada sobre allò que creiem evident, i oblidem que la ciutat és un ens viu que, en certa mesura, és una prolongació de la nostra existència com a societat. Barcelona subterrània ens dóna l'oportunitat de mirar sota terra, en el subsòl de la ciutat i, de pas, en el nostre subconscient, tots dos plens de símbols que expliquen la nostra existència, real o llegendària, i que permet imaginar-nos, com explica Joan Amades, que sota la ciutat hi corre un riu. La tesi de la Barcelona oculta, en canvi, ens situa en una ciutat més real, en les entranyes on es mouen els sistemes circulatori, digestiu i excretor d'aquest cos viu.

Hi ha una Barcelona subterrània, física i simbòlica. Però també hi ha una Barcelona oculta metafòrica i tabú, on les ànimes s'aparten de les mirades indiscretes. Potser hauria de dir que “hi havia” aquesta ciutat perquè si en queda res és del tot residual. Amb la desaparició dels urinaris públics a finals del passat mil·lenni (els de la plaça Urquinaona, per exemple) van desaparèixer un món que resulta difícil d’entendre si no s’ha viscut, si no s’ha vist. La repressió sexual, la persecució, la moral pública, van fer baixar als inferns urbans les trobades sexuals, però també altres intercanvis sicalíptics i marginals, tant gratuïts com de pagament.



 Els lavabos de l'Avinguda de la Llum


© Carmen Secanella (2010)


Aquesta necessitat d’amagar-se i la impossibilitat de trobar altres espais de contacte va convertir els urinaris i altres espais de la ciutat en lloc de trobada on satisfer necessitats i pulsions: cinemes, canòdroms, estacions de tren i d’autobusos, descampats i fronteres urbanes lluny de la mirada de l’autoritat i dels curiosos. Aquests espais públics a l’aire lliure han existit sempre en els marges de les ciutats. Hi ha hagut, també, moments en què sexe i misèria han anat agafats de la mà, a causa de la prostitució, de la discriminació i d'aquell comportament animal que no acaba d’abandonar del tot els humans. Tot i que m’allunyo del tema subterrani (físic però no moral), és molt explícit el que descriu Max Bembo a La mala vida en Barcelona (1913) quan parla de la Terra Negra, un indret miserable d’aquell Paral·lel que encara era terra de frontera entre el Raval i Montjuïc:

En el Paralelo, detrás de la fábrica de electricidad de los tranvías, en un cuadrilátero formado por las calles de Vila Vilá, Cabanyes y el Paralelo, veréis de ocho a once de la noche desgraciadas mujeres que se pasean en la obscuridad, cantanto en voz baja. El sitio es lóbrego y solitario: grupos de hombres, en su mayoría adolescentes, de talleres y fábricas, se estacionan delante de una de ellas, y por un precio módico hacen el coito bucal, masturban y el coito normal, a la vista de todos, que les excitan con palabras soeces. Estas prostitutas, llamadas en términos populares “pajilleras”, son ya deshecho del ejército del vicio; muchas de ellas obreras, otras ex-artistas de cafés-concerts, feas y ajadas y que sin embargo para dar gusto al cliente, remedan todos los movimientos y gritos lastimeros de la virgen. Los grupos de hombres que esperan turno, es tremendo. En medio de la obscuridad, distinguís siluetas; apoyados en una pared, veis parejas en el paroxismo del placer sexual, y asqueados, apartáis la vista de aquel cuadro, haciendo votos para que las autoridades lo prohíban. (1)

És un quadre excessiu però que amb matisos s’ha donat durant tota la postguerra, i ha arribat fins avui, a Montjuïc (sobretot al costat de Miramar on hagueren les hortes de Sant Beltran, i darrera de l’actual Institut Cartogràfic de Catalunya); el Camp del Sidral, entre la plaça de les Glòries i el pont de Marina; darrera del parc de la Ciutadella; a l’antic Bogatell i d’altres llocs del litoral on la platja deixava de ser platja, més enllà del Somorrostro.

Tornant al subsòl, aquesta barreja de relació social i espectacle es donava en els urinaris públics, amb les limitacions pròpies de l’espai. A vegades només s’establia un primer contacte, el que permetia la proximitat i compartir uns serveis com ja es feia a les latrines romanes de les termes públiques, on a més de fer les necessitats fisiològiques es tancaven negocis. Si no hi havia urgència excessiva o si la timidesa o el decòrum ho demanaven, la trobada es produïa en un lloc més amagat o en una pensió. Però quan la necessita estrenyia (les pulsions demanen rapidesa en l’execució) es resolia sovint a la vista de tothom, en els racons o en els vàters de parets i portes foradades per al gaudi de qui en tenia prou amb mirar. Aquests, més agosarats, es colaven també en els serveis de dones, d’ús individual però també ben assortits de forats per espiar, com passava en els vestidors dels banys de la Barceloneta.

D’aquells urinaris subterranis ja no en queda cap. Eren llocs vells i bruts que no havien estat condicionats des que es van inaugurar. Feien olor a pixum i excrements, a zotal o lleixiu en el millor dels casos. Només com a record, el més imponent era el de la plaça Catalunya, on ara hi ha l’oficina de turisme de l’Ajuntament. Ja hem vist abans el de la plaça Urquinaona, i n’hi havia també en els ferrocarrils de la plaça Espanya, davant del Teatre Arnau, a la plaça de la Sagrada Família, a la de Sarrià, Lesseps...


*

Rosina Vinyes, Barcelona oculta. La rellevància del subsòl en una gran ciutat contemporània. Universitat Politècnica de Catalunya, 2015 [tesi doctoral].


*

Notes:

(1) Max Bembo, La mala vida en Barcelona, Barcelona: Maucci, 1913, p. 231-232.