Encuentros en el hotel Colón


Historia de la fotografía realizada en el terrado del Hotel Colón de la plaza Cataluña de Barcelona en 1936.

Fotografía realizada por Hans Gutmann un foto-periodista alemán que huye de la Alemania nazi de Adolf Hitler y llega a Barcelona para documentar la Olimpiada Popular.
Hans Gutmann al llegar a España castellaniza su nombre y se hace llamar Juan Guzmán.
Fue conocido por su labor fotográfica durante la Guerra Civil Española, así como por sus posteriores trabajos, en México, con los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera.

La modelo de la foto era Marina Ginestà.
Mecanógrafa y activista miliciana de las Juventudes Socialistas..
En la Plaza de Cataluña una amiga le deja un viejo fusil Remington, no había hecho un solo disparo en su vida y, por accidente, dispara por primera vez. Casi mata a uno de los sus compañeros, el joven muy asustado y ofuscado, le propinó una bofetada en la cara.
Mirando como Juan Guzmán hace la foto a Marina Ginestà estaba Ramón Mercader, militante de las Juventudes Comunistas.
Ginestà estaba muy comprometida políticamente en los años previos a la Guerra Civil.
En febrero de 1936 apareció en la prensa una foto suya en la que aparecía en la cabecera de una manifestación celebrando la liberación del President Lluis Companys, del penal del Puerto de Santa María. En ella aparecía junto a Ramón Mercader, con el que había tenido un tórrido romance el año anterior, antes de que Mercader fuese encarcelado por su militancia comunista. Ramón era conocido por todos como un gran seductor y mujeriego.

Ramón Mercader.
Miembro del Partido Socialista Unificado de Cataluña PSUC y del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de la Unión Soviética NKVD.
Finalizada la guerra civil, Ramón se traslada a Mexico por ordenes de Moscú, una vez allí, Ramón debía seducir a Sylvia Ageloff, una trabajadora social y trotskista estadounidense, a la que debería utilizar para introducirse en el entorno de Trotski. Y así fue, fueron novios hasta que un 21 de agosto de 1940, Sylvia se dio cuenta del engaño, cuando en Coyoacán, México, Ramón Mercader se acercó a Lev Trotski para entregarle unos documentos. Cuando Trotski empezó a leer el escrito, Ramón Mercader le propinó un fuerte golpe en la cabeza con un piolet, hundiéndole el cráneo y provocándole la muerte. La orden del asesinato de Lev Trotski partió directamente de Moscú y fue dada por Iósif Stalin.
Ramón dio con sus huesos en cárcel, le cayeron 20 años de prisión por homicidio con alevosía y fue obligado a indemnizar a la viuda de la víctima, Natalia Sedova, con 7.500 pesos.
Se distinguió por enseñar a leer a compañeros analfabetos y recibía visitas de ilustres personajes como Pablo Neruda, Margarita Nelken y Sara Montiel.
Mercader cumplió la mayor parte de sus 20 años de condena en la prisión de Lecumberri, donde en 1947 contrajo matrimonio con la artista mexicana Roquelia Mendoza.

Años más tarde la actriz Sara Montiel confesó haber tenido una aventura amorosa con Ramón Mercader. Declaró que no sabia que Ramón era un asesino, que sabia que había matado a Trotski, pero no que fuese un asesino.
Sara Montiel tuvo una hija secreta con Ramón, dicen que nació muerta, pero se comenta que en realidad fue entregada en adopción y vive en Valencia. Desde entonces, la famosa actriz, no pudo volver a tener hijos.
Ramón mercader, fue liberado el 6 de mayo de 1960, fecha en la que abandonó México para dirigirse junto a su esposa a Moscú, donde fue condecorado como Héroe de la Unión Soviética.
En 1974, logró el permiso para abandonar el país, instalándose con su mujer y sus hijos en Cuba.
En 1977, pidió ayuda a Santiago Carrillo para volver a Barcelona, pero el entonces secretario general del Partido Comunista de España le impuso como condición que publicase sus memorias. «Jamás traicionaría a los míos bajo ninguna circunstancia», le respondió.
Ramón Mercader falleció en La Habana en 1978 sin romper su silencio.
Sus cenizas reposan en una tumba próxima a la del famoso espía inglés Kim Philby, en el cementerio Kuntzevo de Moscú, reservado a los Héroes de la Unión Soviética.

A veces, un pequeño encuentro en un hotel, da para una gran historia y una buena novela.
De hecho, la vida de Ramón Mercader, a dado para hacer más de tres películas y unos cuantos libros.
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