Calles desaparecidas o cambiadas de
nombre en el barrio de la Barceloneta
https://www.google.es/maps/@41.3796571,2.189723,16.46z?hl=es
Por su situación especial, en un extremo de la
ciudad, rodeado
por el mar y
formando una pequeña península, la topografía del populoso barrio de los marineros no ha
experimentado variación alguna, desde que éste fué construido, en 1753, por el marqués de la Mina, capitán
general de Cataluña, para sustituir, en parte, el desaparecido barrio de la Ribera. Sus
calles han permanecido, hasta hace poco, inalterables, tal como las trazó el
autor del proyecto,
don Francisco Paredes, teniente coronel de ingenieros, que demostró en su obra
tener buen tino y claro sentido de las proporciones. La principal mudanza que el curso de los
años ha producido en
aquellas calles ha sido el cambio de nombre de varias de ellas. el arquitectónico y el de su antiguo
ambiente. De esto es de lo que a
continuación se dará cuenta, a fin de que un silencio inmotivado, dentro del presente
trabajo, no pudiera
parecer ignorancia
o desconsideración. Veamos, pues, los cambios
de denominación experimentados por las referidas calles.
Alcanar antes San Rafael
Alfredo
Calderón San José
Andrés Doria Alegría
Barón de la
Mer Santa Eulalia
Cermeño Norte
Escuder Santa Bárbara
Giner y
Partagás Santa Ana
Grau y Torres. Santa Madrona
Guiter San Ramón
Ingeniero
Monjo San Pedro
Maestranza Merced
Maquinista San Fernando Mayor
Pontevedra San Francisco
de Paula
Rector
Bruguera San Andrés
Salamanca San Severo
Villajoyosa Concepción
Vinaroz San Olegario
Plano ampliados de la Barceloneta
La Barceloneta, como hemos dicho, ha perdido el carácter particularísimo, que
antes hacían de aquel barrio simpático y atrayente, el lazo
de unión entre la ciudad y el mar. El aspecto de sus calles se transforma; las
modernas construcciones, con su altura absurda, en aquel lugar, y su arquitectura
rígida, sin elegancia y sin expresión, la invaden. Su antiguo Paseo Nacional, actualmente Passeig Joan de borbó pintoresco, alegre y bullicioso, máximo exponente
de vida intensa, y sus muelles un tiempo pletóricos de veleros y gente de mar
de todos los países, con las típicas embarcaciones de cabotaje amarradas junto
a la desaparecida fuente de Neptuno. han perdido
el intenso colorido de antaño.
El cambio impuesto por la evolución constante del
tiempo, se deja sentir allí, como
en otros sitios y como en todo lo
existente. Y puesto que tales cambios
y mutaciones no han de ser
definitivos .ni habrán
de ser los últimos, esperemos que sean
al menos, el punto de
partida hacia futuras épocas en las que
alcance la
mayor elevación y grandeza nuestra amada
Barcelona
Agraïments
a Antonio Vallescá
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