Cien años de innovación pedagógica en Barcelona
Nueve centros ideados por el ayuntamiento en 1916 introdujeron en Catalunya la hoy tan en boga renovación educativa
Alumnos de la Escola del Mar durmiendo la siesta sobre unas hamacas
en la playa de la Barceloneta, que era utilizada como patio del colegio.
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“Aquel año, el Ayuntamiento de Barcelona constituyó la Comisión de Cultura, que contó con un equipo asesor en el que el pedagogo Manuel Ainaud formó tándem con el arquitecto Josep Goday, y ambos aunaron esfuerzos para escolarizar a muchos de los niños que hasta entonces andaban todo el día por la calle”, relata Marc Cuixart, nieto de Goday y arquitecto como su abuelo. El resultado fue un patrimonio de nueve escuelas de porte palaciego (ocho de ellas aún existentes; la novena, la Escola del Mar, desapareció en 1938 con los bombardeos de la guerra civil), en las que se introdujeron las últimas tendencias del momento en educación, higiene y hábitos alimentarios saludables, explica Cuixart.
MODELO INNOVADOR Y POPULAR
El arquitecto es, junto con Joan Francesc Ainaud, nieto del otro gran promotor de este proyecto, uno de los participantes en las jornadas que el consistorio ha organizado con motivo del centenario de aquella pionera Comisión de Cultura. “Barcelona, que fue capital de la innovación educativa durante el primer tercio del siglo XX, quiere volver a liderar ese movimiento”, proclama Miquel Àngel Essomba, comisionado de Educación en el ayuntamiento de la capital catalana.La Comisión de Cultura de 1916 construyó nueve escuelas, en las que se introdujeron las últimas tendencias en educación, higiene y hábitos saludables
En aquellos años de principios del siglo XX, una tercera parte de la población infantil no estaba escolarizada y prácticamente todo el sistema educativo estaba bajo el control de la Iglesia. Las diferencias en el grado de instrucción entre los barrios ricos y los que tenían una población predominantemente obrera eran abismales: en Gràcia y en Sant Gervasi, el analfabetismo era del 26%, mientras que en la Barceloneta superaba el 50%.
En aquellos años del primer tercio del siglo XX, una tercera parte de la población infantil no estaba escolarizada y la Iglesia controlaba casi toda la enseñanza
"Construyeron edificios que eran auténticos palacios, para que toda la ciudad viera lo importante que era la educación de sus hijos, el lugar principal que ocupaba", prosigue el nieto de Goday. "Trabajaron en colaboración con un médico, el doctor Mias, que fue el que les asesoró en cuestiones de higiene. Los colegios contaban, por ejemplo, con duchas para los alumnos, que en casa no tenían agua corriente, y fuentes de agua potable en distintos puntos de la escuela", detalla.
Fuente el periodico de catalunya
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