martes, 30 de enero de 2018

La oficina central de Correos


Un plató a la carta

La atmósfera de la oficina central de Correos ha seducido a cineastas para rodajes de época

OLGA MERINO / BARCELONA
La sede central de Correos, con el lucernario de la Casa Granell i Rigalt. / JOAN CORTADELLAS
La oficina central de Correos tiene un aire chejoviano. No por lo rusa, desde luego, sino por la atmósfera, por el velo sutil con que el grandísimo Antón Chéjov sabía recubrir sus escenarios, de manera que espacio y personaje acababan confundiéndose. El uno se empapaba del otro, y viceversa. Algo de eso ocurre en el edificio que reina en la plaza del negrero Antonio López: ya sea por la luz cenital filtrada desde la claraboya, por los ecos catedralicios -las toses reverberan como en las misas peñazo de la infancia-, o por los suelos de mármol, enseguida se apoderan del visitante el deseo de enviar un telegrama en vez de un wasap o la sensación de que podría cruzarse en cualquier momento con un caballero antiguo, de otra época, tocado con sombrero Fedora y gabardina. ¿Se debe el hechizo a que ya nadie escribe cartas? En realidad, Correos funciona hoy como una empresa logística de paquetería.

Es la única sede que conserva una capilla, justo en la estancia que había albergado los telégrafos para la prensa

Sea cual sea la razón, la atmósfera del recinto ha seducido a numerosos cineastas, y bajo su hermoso lucernario, una estructura de hierro y cristal salida de la casa Granell y Rigalt, el mismo taller que fabricó el vitral del techo del Palau de la Música, se han rodado secuencias de películas como 'Grand Piano', 'Anacleto, agente secreto' o algún anuncio de la Lotería, de cuando triunfaba el calvo interesante. Las escalinatas de la entrada o el 'hall' central, con su empaque señorial y las pinturas 'noucentistes', podrían colar perfectamente como una sucursal bancaria neoyorquina en tiempos de la Gran Depresión.

CUARTEL GENERAL DE FRANCO

También los pasillos interiores, de techos altos y puertas alineadas, darían el pego como internado de época, y en su día la BBC transformó el salón de actos en el cuartel general de Franco durante la guerra civil para una serie histórica, según explica Antonio Aguilar, empleado de Correos y doctor en Geografía Humana. Hizo su tesis sobre la expansión de la red de comunicaciones en Catalunya y conoce tan bien las tripas del edificio que está ultimando un libro sobre sus secretos.

Puig i Cadafalch y Domènech i Montaner perdieron el concurso público para la adjudicación del edificio

Es la única sede de Correos en España que conserva un oratorio, circunstancia que no reviste en sí mérito alguno pero tiene su gracia: resulta que la estancia había albergado la sala de prensa con sus aparatos de telégrafo -agárrense: ¡los corresponsales debían mandar las crónicas en morse!-, hasta que la cruzada nacionalcatólica de la posguerra la transformó en una capilla cuyos reclinatorios lucen el escudo gremial, con el sobre y la cornamusa. En aquel tiempo, ay, todos los jefes eran del Movimiento y rezaban mucho.
Diseñado por los arquitectos Josep Goday y Jaume Torres, la construcción del edificio culminó en 1927, después de que los planos de otros 'cracks' hubiesen perdido el concurso público: nada menos que los de Domènech i Montaner i Puig i Cadafalch. Con una simetría perfecta, una mitad del edificio la utilizaba Correos y la otra Telégrafos, dos brazos de un mismo cuerpo que se llevaban a matar, como el perro y el gato. Más o menos como fotógrafos y plumillas, aunque lo nuestro, en el fondo, es amor del bueno porque no seríamos nada los unos sin los otros.

AZOTEA DE ENSUEÑO

Y aún queda lo mejor del inmueble. Después de ascender una escalera de caracol, con un ojo tan compacto como el de un faro, reciben al curioso una azotea de ensueño y unas vistas de 360 grados sobre la ciudad. Desde aquí se rodó el anuncio del perfume Le Male, de Jean Paul Gaultier, ese espot en que la proa de un buque rompe la corteza de asfalto para que el marinero pueda besar a la chica, apostada en un balcón de la Via Laietana.

El torreón, a unos 50 metros, ofrece unas vistas espectaculares sobre la ciudad

Desde hace apenas un mes, el Museu d’Història (Muhba) gestiona las visitas al edificio de Correos. Merece la pena; desde el torreón, a unos 50 metros, se entiende por qué Barcelona es mediterránea hasta las trancas. Allí abajo, en la marina de lujo, se distingue el yate del magnate ruso Alisher Usmánov, el dueño del Arsenal (por lo menos, el martes permanecía amarrado). Un capricho de 150 metros de eslora que devuelve a la sabiduría de Chéjov, a las perlas que sembró en su 'Cuaderno de notas': "Para nosotros [los rusos], el amor propio y la vanidad son europeos; la cultura y la acción, asiáticos".

EDIFICIO DE CORREOS, Y...HERMES


Antes había una parada de Metro,llamada CORREOS, donde ahora hay una rejilla metálica...Ver el enlace a continuación, en rojo.




Este proyecto fue realizado por Josep Goday i Casals y JaumeTorres i Graueste  arquitecto catalán nacido en Barcelona. Tío del también arquitecto Josep Torres Clavé, se tituló en 1903, y poco tiempo después consiguió la adjudicación de la construcción del edificio de la Casa de Correos de Barcelona (1914-1928), junto a Josep Goday. Sus edificios más importantes son, las tres Casas Germans Torres: París, 182 (1905), Aribau, 178 (1906) y Aribau, 180 (1908), la Casa Elena Castellano (1907), las Casas Ramos (1908) y un chalet en la calle Panamá (1913). A partir de los años veinte su arquitectura se caracteriza por la adopción de formas barrocas y clasicistas propugnadas por el Noucentisme. Ejemplo de ello son, la casa del Foment d'Obres i Construccions de la calle Balmes, 36-42 (1923) y su casa propia en el passeig de Sant Joan (1928). Junto a su hermano formó la sociedad constructora Torres Germans, que le permitía actuar como arquitecto y promotor a un mismo tiempo. con el objetivo de conseguir ganar el concurso en el que se pretendía proyectar el nuevo edificio de Correos de Barcelona, el cual fue construido en 1927.
El edificio de Correos de Barcelona  cuenta con ese mismo uso desde su creación.
En la actualidad sigue siendo la oficina central de Correos de Barcelona, y es sin duda es uno de esos lugares que para no perdernos si damos un paseo por la zona. Esta mezcla de arquitectura modernista, unas escalinatas fantásticas, puertas giratorias clásicas,  sus altos techos, columnas de mármol, bancos de madera, etc. Sin duda, cuando uno se encuentra en su interior es casi imposible no sentir la sensación de haber viajado al pasado.
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Claraboya de Correos, y las pinturas noucentistas de Josep Galí, Francesc Labarta, Josep Obiols y Francesc Canyelles.
  HERMES en el edificio de correos
Además, en su interior también podremos encontrar una amplia variedad de pinturas que sin duda le dan el toque final a este fantástico edificio.
El mensajero de los Dioses, en Correos...

El hermoso HERMES (en griego antiguo Έρμῆς) y que en la mitología griega,  es el dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, el ingenio y del comercio en general, de la astucia, de los ladrones y los mentirosos.1​ En la posterior mitología romana era denominado como Mercurio. Hijo de Zeus y la pléyade Maya. El himno homérico a Hermes lo invoca como el «de multiforme ingenio (polytropos), de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses».​ Hermes también es protagonista de muchos mitos, como, por ejemplo, el de Filemón y Baucis.
articulo de el periodico de Ctya y http://www.epdlp.com/arquitecto.php?id=5420 con https://mtvo-bcn.blogspot.com.es/2013/05/barcelonaedificio-de-correos-yhermes-el.html

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