Una chica aparece de repente en una
curva alertándote de un peligro… o no. Quizás la leyenda urbana más
famosa de todos los tiempos y la que más modificaciones ha sufrido.
Barcelona cuenta con una historia similar. La curva de l’Arrabassada,
la carretera que va desde Barcelona hasta Sant Cugat del Vallès y
atraviesa la montaña de Collserola. Cuenta la historia que un joven
viniendo de fiesta desde Sant Cugat y para evitar a la policía, optó por
atravesar esta carretera de montaña. Mientras bajaba la curva a toda
velocidad vio a una mujer, con camisón blanco, que le extendía la mano.
El chico paró y aceptó llevar a la mujer hasta su casa. Para
impresionarla comenzó a acelerar pero la chica no se inmutaba. Cerca de
la curva conocida como la Paella, ubicada centro del Hospital de la Vall
d’Hebrón, la mejor le dijo inesperadamente que la dejara allí mismo.
Pronto el chico comprendió que esa mujer le había salvado la vida
porque, justo unos instantes después, pasó un camión rozando su vehículo
a toda velocidad.
El joven se volvió obsesivo con la
imagen de aquella mujer, hasta que un día un amigo suyo le invitó a la
fiesta de una amiga en su casa. El rostro de ella era totalmente
idéntico al de la chica que le salvó la vida y decidió preguntarle.
Parece ser que la chica se parecía mucho a su tía abuela, que resultó
ser (como pudo comprobar el chico al ver un retrato), la misma mujer que
le había salvado la vida aquella noche en la carretera. El chico se
quedó helado cuando se enteró del final de la historia: la mujer murió
en la curva de la Paella cuando venía del casino, situado junto en la
curva de l’Arrabassada. Así que ya sabéis. Si un día volvéis de Sant
Cugat y queréis volver por esta ruta alternativa puede que en esa curva
os espere la Dama de Blanco.
articulo de http://www.perdidaentreculturas.com/la-barcelona-oculta-leyendas-urbanas/
Quizá esta historia se asemeje a la de
Jack ‘El Destripador’ de Londres, pero resulta mucho más escalofriante,
pues también es una historia verídica que salió publicada en númerosos
diarios nacionales e internacionales de la época. En la actual calle
Joaquín Costa, hacía el año 1912, vivía Enriqueta Martí Ripollet. Una
mujer de aspecto siniestro y una capa oscura que secuestraba a los niños
de entre 5 y 10 años. Por la noche, sin embargo, ejercía la
prostitución como modus vivendi.
Lo que hacía con ellos conmocionó a la
opinión pública una vez salió a la luz todos los hechos. No sólo
establecía encuentros sexuales entre los niños y gente de clase alta,
sino que después los mataba y les extraía la sangre y las grasas porque,
según ella, tenían fines curativos. Su personalidad atípica y siniestra
la convirtió en la principal sospechosa de las más de 25
desapariciones. Uno de los días entraron en su piso y encontraron a dos
de las niñas secuestradas junto con sacos de huesos y cráneos, sangre
coagulada y residuos orgánicos. Las niñas confesaron que vieron cómo
mataba a un niño encima de la mesa de la codina. Este caso nunca llegó a
esclarecerse porque Enriqueta murió en prisión pocos días antes de su
juicio pero como leyenda quedó su apodo: La vampira de Barcelona.
articulo de http://www.perdidaentreculturas.com/la-barcelona-oculta-leyendas-urbanas/
Barcelona se ha ganado gran parte de su fama gracias a las obras de Antoni Gaudí,
cuyas originales construcciones no dejan de causar expectación por los
miles de visitantes que visitan Barcelona anualmente. ¿Pero que se puede
decir de su creador? Más allá de ser un genio de la arquitectura, se le
tachó de ser un prepotente, un drogadicto y, posteriormente, de estar
vinculado a las logias masónicas. Su actitud ayudó a extender el rumor:
no se relacionaba, le gustaba meditar en solitario y se entregó al ayuno
a base de lechuga y aceite.
Por otro lado, se han encontrado
numerosos símbolos esotéricos en sus obras. El Parc Güell, por ejemplo,
se construyó con antimonio, un metal que utilizaban los alquimistas. En
todas sus construcciones se puede apreciar toda clase de animales
vinculados con el mundo masónico: salamandras, serpientes, dragones o,
incluso, el pelícano. Este último que pertenece a la Fachada del
Nacimiento de la Sagrada Família equivale al grado 18 de la masonería.
Sin irnos del mismo edificio, en el lado de la Fachada de la Pasión, se
encuentra el famoso “cuadro mágico”. En este cuadro se observan una
serie de números en una escala del 1 al 15 que sumados en cualquier
dirección forman el número 33. Para muchos, este símbolo representa la
edad en que Cristo murió. Pero, sin embargo, este número en el mundo
masónico significa el grado máximo al que puede llegar un masón. Es más
si se observa detenidamente el cuadro, uno se da cuenta que en este
templo religioso falta el número 12. Obviando de esta manera la
existencia de los discípulos de Cristo. Además, hallamos construcciones
fuera de la ciudad, como es el caso de la Cooperativa Obrera de Mataró,
cuyos planos se realizaron a escala 1:666.
No obstante, no existen documentos que
acrediten que Gaudí perteneciera a los círculos francomasones aunque,
quizás, la Iglesia se encargó de ocultar el estrecho lazo que el
arquitecto mantenía con las logías. Eso sí, os invito a que deis una
vuelta por estas construcciones y os fijéis mucho en los detalles. Su
simbolismo os puede dar muchas pistas.
articulo de http://www.perdidaentreculturas.com/la-barcelona-oculta-leyendas-urbanas/
Es el edificio que más leyenda ha generado, tanto por su convulsa historia como por la maldición que lleva a sus espaldas. El Gran Teatre del Liceu,
construido en el año 1662, era un convento de la orden de los
Trinitarios, una orden religiosa encargada de rescatar a esclavos
cristianos de los piratas. No duró mucho en pie y se dice que sirvió
como almacén de armas en la Guerra del Francés y como club político de
los liberales. En 1835 se incendió y se levantó el Liceu. Aquí comienza
su historia maldita.
Las malas lenguas decían que en el
edificio, aparte de ópera, se realizaban bailes de disfraces a
escondidas (algo mal visto en la sociedad de la época), cosa que
enfurecía a los frailes que estaban enterrados bajo el teatro. Se decía
que el Liceu sería castigado por los espíritus y fantasmas tarde o
temprano. Y, efectivamente, en el año 1861 el edificio volvió a
incendiarse. Entre las runas apareció una nota que decía: “Soy el búho y voy solo, si lo volvéis a levantar yo lo volveré a quemar”.
Aún así el Liceu volvió a reconstruirse. Sin embargo, un anarquista
lanzó dos bombas en el año 1893 y causó una veintena de muertos. Más
recientemente, ya en el año 1994, el edificio volvió a quemarse
completamente. ¿Maldición o casualidades? Simplemente un misterio.
Historia de http://www.perdidaentreculturas.com/la-barcelona-oculta-leyendas-urbanas/
Uno de los emblemas de Barcelona es La Rambla. Una calle que conecta la plaza Cataluña con Colón, a las puertas del
mar. Una calle rebosante de vida, alegría, flores, turistas, hombres
estatua… Y, ¿cuál es uno de los símbolos más conocidos de La Rambla?
Supongo que la mayoría lo habréis adivinado: es el carterista. No, es
broma. Uno de sus símbolos se encuentra al inicio de La Rambla tocando
con la plaza Cataluña: La Fuente de Canaletes.
Pensaréis que sólo existe esa fuente de Canaletes… Pues no, hay 17
fuentes de ese modelo repartidas por toda la ciudad. Pero está claro,
que la fuente original y con más valor histórico es la que está situada
en La Rambla.
La Fuente de Canaletes está realizada en hierro y tiene cuatro
surtidores y una farola, también, con cuatro luces. Está claro que el
aspecto actual de la fuente no es igual a la primera que se instaló en
el siglo XVIII. En aquella época, el agua venía directamente de la torre
de Sant Sever ya que la fuente no tenía depósito. Entonces, a causa de
unas obras de mejora y derribo de las murallas la fuente original se
eliminó en 1843. Posteriormente, se instalaron 2 fuentes esquineras.
Una de las posibles hipótesis de su nombre es porque en los orígenes
de la fuente recibía agua de unas cuarenta canalizaciones diferentes.
Si avanzamos en la historia hay un momento crucial para que esta
fuente se convirtiera en un punto de encuentro y céntrico. Es el año
1888 con la Exposición Universal de Barcelona. El Ayuntamiento substituyó esas dos fuentes esquineras por la fuente actual.
Si hablamos de Canaletes tenemos que hablar de fútbol. Aquí es el centro tradicional donde los aficionados del Barça vienen a celebrar los títulos.
Bueno, últimamente, lo celebramos todo: títulos, victorias frente al
Real Madrid, accesos a finales de campeonatos… Pobres comerciantes de la
zona, llevan una racha destrozos por culpa de unos pocos que siempre
van a buscar problemas. Los seguidores del Barça se reúnen ahí porque a
la altura de la fuente se instaló la redacción del diario deportivo La
Rambla, y como era complicado en aquella época enterarse de los
resultados, la gente
se concentraba ahí porque apuntaban los resultados en una pizarra.
Se dice que si bebes agua de la Fuente de Canaletes, volverás a
Barcelona. Bueno exactamente pone lo que muestra la placa de la imagen:
“Si beveu aigua de la Font de Canaletes sempre més sereu uns enamorats de Barcelona i per lluny que us n’aneu, tornareu sempre.”
En castellano sería: “Si bebéis agua de la Fuente de Canaletas
siempre estaréis enamorados de Barcelona y por muy lejos que os vayáis,
siempre volveréis”.
Así que ya sabéis, si vais a Barcelona no dudéis en beber que así volveréis y disfrutaréis de los encantos de la ciudad.
Ah! Por cierto, el modelo de la Fuente de Canaletes está en el
catálogo, así que si queréis instalar una Fuente de Canaletes en vuestro
jardín la podéis comprar y presumir delante de vuestros amigos.
Aquí os dejo la localización de las 17 fuentes de Canaletes que podéis encontrar en Barcelona.
En la biblioteca Arús copia original de la estatua de la libertad
La Biblioteca Pública
Arús (BPA), fundada l'any 1895 gràcies a Rossend Arús, s'ha convertit
en un centre de recerca especialitzat en moviments socials contemporanis
i producció bibliogràfica del segle XIX i inicis del XX. La Biblioteca
és d'accés públic, tot i que per la singularitat del seu fons, va
adreçada als investigadors o persones interessades en la cultura i la
societat del segle XIX i principis del XX, així com als estudiants
universitaris.
Biblioteca Pública Arús, amb domicili al Passeig de Sant Joan, 26. 08010 Barcelona.
Pol Esteve y Marc Navarro cartografiaron en el 2006 los 15
cuartos oscuros de la ciudad, la guinda que le faltaba a la mayúscula
obra de Ernst Neufert
Pieza de la exposición del CCCB Arquitectura y sexo. /
periodico
Entre los meses de agosto y septiembre del 2006, el
arquitecto Pol Esteve y su colega Marc Navarro cartografiaron la
verdadera Barcelona secreta, un término que se usa muy alegremente por
ahí, pues internet, por ejemplo, va lleno de entradas si se realiza esa
búsqueda, medio millón más o menos, un despiporre. A algunas de esas barcelonas el calificativo de secretas les viene grande. A lo que exploraron Esteve y Navarro, no.
Con una cinta métrica y un cierto espíritu de aventurero agrimensor
visitaron en horas poco concurridas los cuartos oscuros de la comunidad
gay más osezna de Barcelona. Levantaron los planos con oficio, como lo
hace un buen profesional de su especialidad. El resultado es una cartografía inédita de Barcelona. ¿Qué, es secreta o no?
La biblia de la arquitectura de
Neufert fija una medida para todo (una puerta, un lavaplatos, una pila
bautismal...), pero no, por ejemplo, la altura correcta de un 'glory
hole'
Esteve explica desde Londres, donde imparte clases en la
Architectural Association, algunos pormenores de aquella exploración sin
antecedentes conocidos y sin émulos después. “Íbamos a primera hora, cuando el local acaba de abrir, y tomábamos las medidas”.
En total visitaron 15 cuartos oscuros, tantos como se supone había
aquel año en Barcelona y que, por situar a quien aún no sepa de qué va
la cosa (lo cual es normal, porque recuérdese que son secretos), decir
solo que son espacios sin apenas luz consagrados al furtivismo
homosexual, la evolución extrema de las londinenses ‘molly houses’ del siglo XVIII.
LA ARQUITECTURA OLVIDADA
¿Por qué? ¿Para qué? No, esto no fue el juego infantil de tocar el timbre y salir corriendo,
una travesura de arquitectos adultos, en este caso. Esteve y Navarro
sostienen que hay espacios públicos de los que la arquitectura se
olvida, eso en una profesión que destaca por ser especialmente
exhaustiva en la publicación de vademécums dirigidos a los profesionales
del sector. Aunque descatalogado, ahí está, por ejemplo, el 'Atlas de
plantas' de Friedericke Scheneider, un compendio de planos de hogares de
medio mundo, pero sobre todo despunta en esa biblioteca lo que se
considera la biblia si de esta materia se trata, 'El arte de proyectar en arquitectura', de Ernst Neufert,
un manual publicado por primera vez en 1936 en Alemania y ampliado y
reeditado hasta 40 veces en aquel país y 16 en España por la editorial
Gustau Gili, que detalla con precisión de relojero todo cuanto es
indispensable saber para edificar a escala humana. ¿Todo?
Neufert fijó el canon de cientos de materias. La media
común de una puerta es de 72 centímetros por Neufert. Los ladrillos
miden 25 centímetros de largo por 12,5 de ancho, también por él. Los
electromésticos, 60 centímetros de profundidad y 45 o 60 de ancho.
Cualquiera que quiera salirse de ese estándar necesitará un trabajo de
carpintería por encargo. ¿Qué altura es la correcta para una pila
bautismal? Neufert. ¿De un pinball? Neufert de nuevo. Aquel sajón hizo tanto o más por el racionalismo arquitectónico que Le Corbusier, pero, a lo que íbamos, hubo rincones oscuros, y nunca tan bien dicho, en los que no reparó.
¿Cuál es la altura humana a la que debe situarse un ‘glory hole’ en
un cuarto oscuro, que, de nuevo para los profanos, subrayar que es el
agujero en la pared a través del cual se mantienen relaciones sexuales
en esas salas sin luz? Y, ya puestos, ¿de qué diámetro? Y la pared, ¿es
conveniente un ladrillo Neufert (recuérdese, 12,5 centímetros,
¿demasiado?) o mejor una simple plancha de pladur, que las hay en el
mercado de hasta solo 10 milímetros de espesor?
En la exposición del CCCB sobre
arquitectura y sexo, los planos de Esteve y Navarro son solo un
detalle, pero el tabú tiene un magnético efecto sobre los visitantes
CAJEROS, PROBADORES Y NICHOS
La investigación neufertiana de Esteve y Navarro fue en
realidad más allá de los cuartos oscuros. Cartografiaron también las
diferentes tipologías de los cajero automáticos, los probadores de las tiendas de moda de Portal de l’Àngel y Portaferrissa y los nichos de
los cementerios, la última de las viviendas. Poner el foco aquí y ahora
en los cuartos oscuros no es un capricho. El conjunto de 15 planos que
ambos levantaron en el 2006 forman parte de la exposición que
hasta el próximo 19 de marzo dedica el CCCB a la arquitectura concebida
expresamente para la práctica del sexo. Es solo una hoja colgada de un
pared, casi una pequeña obra abstracta, porque no hay dos plantas
iguales, pero tiene el magnético efecto sobre los visitantes de todo aquello que es tabú.
La mayoría de aquellos cuartos oscuros, puntualiza
Esteve, ya no existen. La razón, en cualquier caso, podría ser materia
para otra ocasión.
Articulo de http://www.elperiodico.com/es/barcelona/20161110/la-verdadera-barcelona-secreta-5619934
Una
pequeña placita en forma de polígono de 15 lados divide la estrecha y
angulosa calle Milans, uno de los espacios más singulares de la ciudad y
un homenaje a la geometría
La primera vez que uno pisa la plaza Milans es imposible que disimule su admiración por uno de los espacios más singulares
de Barcelona. El asombro se incrementa cuando uno además se da cuenta
de que se trata de una plaza pentadecagonal, es decir que forma un
polígono regular de 15 lados, una figura que se percibe en toda su
plenitud cuando se alza la vista y el perímetro de la plaza se recorta
en el cielo.
La plaza Milans es de pequeñas dimensiones y hace las funciones de vértice de la calle en ángulo
del mismo nombre que une Avignó y Gignàs. Su origen se remonta a
mediados del siglo XIX, cuando la ciudad inicia un nuevo urbanismo hacia
la modernidad, coincidiendo con el derribo de las murallas y la
liberación de espacios en la ciudad antigua que principalmente ocupaban
edificios religiosos como consecuencia de la desamortización
eclesiástica.
Una generación de arquitectos formados en la escuela de la Llotja
e influidos por los ingenieros militares borbónicos y las matemáticas
fueron los encargados de dar forma a esta nueva Barcelona. Papel
esencial en este fenómeno desempeñó la prestigiosa Academia de Matemáticas, que se instaló en el antiguo convento de Sant Agustí y fue una escuela de ingeniería militar de referencia en toda Europa entre los siglos XVIII y XIX. La nueva arquitectura de Molina
Uno de esos nuevos arquitectos fue Francesc Daniel Molina, autor de
la urbanización de la calle y plaza Milans, así como de algunos de sus
edificios. Su gran obra en Barcelona fue la plaza Reial, aunque firmó
otros espacios emblemáticos como la plaza Duc de Medinaceli y la fuente
del Geni Català, en el Pla de Palau. En 1855 fue nombrado arquitecto municipal, periodo en el que diseñó el actual salón de plenos del ayuntamiento.
El espacio es una clara muestra de la influencia de la cultura de
las matemáticas en el arquitecto que también diseñó la plaza Reial
La calle y la plaza Milans, con su forma poligonal de 15
lados, es una clara muestra de la influencia de la cultura de las
matemáticas en este arquitecto y todo un homenaje a la geometría. La
urbanización de este espacio tan singular fue consecuencia, en este
caso, no de la desamortización, sino del derribo en 1856 del antiguo
Palacio Real Menor, entonces en estado ruinoso y que se erigía donde,
siglos atrás, había la encomienda barcelonesa de los templarios.
Esta curiosa vía que hoy es peatonal une la confluencia de las
calles Ataülf i Gignàs con Avignó. Molina concibió una pequeña plaza en
el punto donde convergen los dos tramos de esta estrecha calle en forma
de ángulo obtuso. Fue una ingeniosa manera de conseguir una mayor
luminosidad para los edificios, al hacer más amplias sus fachadas.
Si van a admirar esta curiosa plaza, no olviden lo más importante: contemplarla de abajo a arriba.
Articulo de http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160602/402223494583/barcelona-secreta-plaza-milans-pentadecagonal-gotico.html
La historia que se esconde detrás del pañuelo del monumento a Lluís Companys
La Vanguardia logra ver ese regalo especial que ahora está custodiado por el Museu d’Història de Catalunya
Un monumento en la confluencia de la ronda Sant Pere y el paseo
Lluís Companys, a muy pocos metros del Arc de Triomf, recuerda al presidente de la Generalitat fusilado en 1940 por el franquismo. El elemento más importante de la obra, del escultor Francisco López, es una joven de pie junto al rostro del presidente sosteniendo un pañuelo.
A primera vista uno puede interpretar que la muchacha con el pañuelo
es una alegoría del llanto del pueblo catalán por la muerte de Companys.
Pero en realidad esconde una historia humana real entre una chica, el
presidente y un pañuelo que todavía sobrevive. Un detalle en agradecimiento a Conxita Julià
La chica de la estatua se llama Conxita Julià. Con 13 años decidió enviar una carta con un poema dedicado a Companys, entonces encarcelado en el penal del Puerto de Santa María,
en Cádiz, como consecuencia de la proclamación del estado catalán el 6
de octubre de 1934. El presidente respondió a aquella carta que le llegó
al corazón.
Poco después de ser liberado tras la victoria de las fuerzas de
izquierda en febrero de 1936, Companys pudo conocer a aquella joven en
un acto de homenaje al presidente Francesc Macià. Conxita Julià no dudó
en presentarse, y el presidente, agradecido, le regaló el pañuelo que
lucía en el bolsillo superior de su americana, una de sus señas de identidad.
Aquel pañuelo pasó a ser una reliquia para la familia. Una
vecina le bordó una dedicatoria y el escudo de Catalunya. Durante la
dictadura decidieron enviarlo a Caracas. Tras la muerte de Franco, los
depositarios devolvieron el pañuelo a su propietaria, que unos años
después lo donó al Museu d’Història de Catalunya, donde permanece
debidamente protegido entre sus fondos.
"Celosamente custodiado entre unas transparencias, el histórico
pañuelo duerme clasificado y no es accesible para los visitantes del
museo"
El histórico pañuelo. Está algo deteriorado, descolorido y con agujeros, tras una intensa historia de más de 80 años con exilio incluido
al otro lado del Atlántico. Celosamente custodiado entre unas
transparencias, el histórico pañuelo no es accesible para los visitantes
del museo. Duerme clasificado, aunque de vez en cuando despierta para
la admiración de unos pocos conocedores de su aventura, inmortalizada en
el monumento.
Articulo de http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160609/402389815299/barcelona-secreta-companys-panuelo-monumento-conxita-julia.html
Una
disputa no resuelta sobre aguas y tierras dio nombre a la actual plaza
del Dubte, surgida de un desaparecido callejón que servía de salida a un
antiguo ‘meublé’
Al principio de la calle Riera Alta, nada más entrar desde la ronda Sant Antoni,
se abre un pequeño espacio público donde, por su nombre, le hubiera
encantado residir al filósofo René Descartes, el que dijo aquello de
“dudo, luego existo”. Y es que la placita se llama precisamente del
Dubte, tal y como reza la placa del nomenclátor.
Lo curioso es que justo debajo sobrevive otra placa más antigua con
la inscripción de calle de la Duda. Lo que aparentemente es una
contradicción deja de serlo cuando se escarba un poco en la historia del
lugar. Un derribo decisivo
Parafraseando de nuevo, esta vez recurriendo a una cita bíblica, primero fue la calle. La calle de la Duda dicen que era la más corta de la ciudad, de apenas 12 metros, compitiendo directamente con la de la Anisadeta, junto a Santa Maria del Mar.
Era un pequeño callejón que separaba dos edificios, el que todavía hace esquina en la plaza con las calles Príncep de Viana y Cendra, y otro ya desaparecido. El derribo de este último, en 1995, es lo que dio origen a la actual plaza.
La calle de la Duda, según los testimonios que han llegado hasta nuestros días, no tenía nada especial salvo una fuente con dos caños.
Y es este doble surtidor el que, según el folclorista Joan Amades, dio
origen a tan original y cartesiano nombre. Parece ser que se remonta a
una antigua disputa entre tres campesinos. Cada uno afirmaba que el agua de la fuente procedía de sus tierras.
Siempre según Amades, como que este extremo nunca se pudo saber con
seguridad, quedó en la duda, de modo que primero la fuente y más tarde
la calle fueron bautizadas así.
La calle y la fuente desaparecieron con el derribo de la finca que
ocupaba la actual plaza aunque se ha conservado la actual plaza”
La calle y la fuente desaparecieron con el derribo de la finca
que ocupaba la hoy plaza, aunque se ha conservado, como en otros caos,
la antigua placa que indica que formaba parte del distrito 3º y del
barrio 2º. Al parecer, en el edificio realizaba sus actividades una casa de citas conocida como El Rapid. Los amantes furtivos entraban por la calle Príncep de Viana y salían por una estrecha puerta junto a la fuente.
La apertura de la plaza ha permitido también que en la fachada superviviente de
la calle de la Duda se haya abierto un acceso en el edificio para una
actividad comercial con el fin de animar un poco más este nuevo espacio
cívico.
Articulo de http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160616/402546143365/barcelona-secreta-plaza-del-dubte-calle-de-la-duda-disputa-aguas-ciutat-vella.html
Las
ruinas de lo que fue uno de los famosos orfanatos inspirados por el
padre Flanagan resisten en total abandono junto al camino de Sant Medir
Spencer Tracy protagonizó en los años 30 y 40 del pasado
siglo dos películas sobre la Ciudad de los Muchachos, un concepto de
orfanato creado en 1917 en Estados Unidos por el padre Flanagan, un
sacerdote católico al que la estrella de Hollywood dio vida en el
celuloide.
La primera Ciudad de los Muchachos nació en Omaha, Nebraska, y pronto
se extendió por el país norteamericano y se estableció también en
Europa. La iniciativa llegó incluso a Barcelona en pleno franquismo y todavía hoy resisten sus restos en el corazón de Collserola.
Lo que fue este orfanato considerado en su día modelo se
encuentra en el camino de Sant Medir. En la fachada principal, tras un
reciente muro que impide la entrada, aún puede leerse el nombre de
Ciudad de los Muchachos. Este hogar-escuela era propiedad del
Ayuntamiento de Barcelona, como también recuerda otro de los rotulos de
la fachada.
La antigua Casa Puig
El centro tenía como objetivo acoger a niños sin padres o en
riesgo de exclusión y se erigió en los terrenos de la masía conocida
como Casa Puig, que en 1951, cuando se inauguró la Ciudad de los
Muchachos, pertenecía ya a los padres salesianos.
La propaganda de la época lo resaltaba como un orfanato ejemplar. En
un artículo de ‘La Vanguardia ‘de 1953 se hablaba de “paraíso de niños
en pleno desarrollo moral y físico”. El mismo artículo atribuye la
paternidad del proyecto barcelonés al primer teniente de alcalde en
aquellos años, Alfredo de Casanova, quien al parecer dedicaba
mucho de su tiempo al centro, al que acudía con asiduidad y donde
incluso solía pasar los domingos, dando a los muchachos “normas y
orientaciones y enterándose de sus progresos y estado de salud”, siempre
según el mismo artículo. Una vida dura
Sin embargo, otras fuentes no ofrecen una versión tan idílica.
Testimonios de algunos antiguos residentes hablan de que la vida en la
Ciudad de los Muchachos de Collserola era tan dura como en cualquier
otro orfanato, con episodios de abusos, malos tratos y disciplina militar.
Aunque los restos del centro están vallados, no es difícil entrar. El estado es de abandono total
y todavía se aprecian lo que fueron baños, cocina y otras estancias. El
recinto es de hecho un conjunto de edificios bajos comunicados en
varios niveles siguiendo la orografía del terreno y es, además, lugar de
encuentro de investigadores de lo paranormal en busca de psicofonías y
otras manifestaciones del más allá.
Sea como fuere, mientras uno camina entre lo que fue la
barcelonesa Ciudad de los Muchachos no puede dejar de imaginar, aunque
nunca estuvo allí, al padre Flanagan con cara de Spencer Tracy deambulando.
Articulo de http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160702/402879761149/barcelona-secreta-ciudad-de-los-muchachos-collserola-ruinas-padre-flanagan.html
El
establecimiento de la ronda Sant Pere con el paseo Lluís Companys
conserva en el sótano un muro de las antiguas defensas medievales de
Barcelona
El Trole es un popular e histórico bar situado en la esquina de la ronda Sant Pere con el paseo Lluís Companys. Nació en 1896
y sus primeros clientes fueron los carreteros que llevaban sus
mercancías al mercado del Born, que recuperaban fuerzas con vino y otras
bebidas. Más tarde, frente al bar, se instaló una parada de la línea 29 del tranvía,
hecho que contribuyó al nombre del establecimiento. El Trole, además,
guarda un pequeño secreto en el sótano visible cuando los clientes van al lavabo. Se trata de un muro de la muralla medieval de la ciudad que discurría por ese punto.
La conservación de este trozo de muralla fue una de las condiciones que el propietario del establecimiento impuso a la inmobiliaria Núñez y Navarro
cuando hace unos años adquirió la finca para construir un bloque de
pisos. El Trole reabrió al finalizar las obras y con él ese trozo de
historia de la defensa de Barcelona. Durante el tiempo que duraron los
trabajos, el Trole siguió su actividad en los vecinos juzgados, al
conseguir la concesión del bar.
Al principio el bar se llamó Trolley, término anglosajón
utilizado a principios del siglo XX para denominar al tranvía. Tuvo que
cambiarse a Trole durante los años de la dictadura de Primo de Rivera, cuando el régimen ordenó sustituir denominaciones de origen extranjero por españolas.
Como que la parada del 29 se situaba enfrente del bar, la
compañía de tranvías instaló un teléfono para informar de las
incidencias
El Trole mantuvo siempre una relación más que amistosa con la
compañía de tranvías. No en vano, los pasajeros del 29 eran también
parte importante de la clientela del bar. Como que la parada del 29
situada enfrente era de las clasificadas como de control, la compañía
instaló un teléfono, el 17151, en el bar a través del cual se informaba
de cualquier incidencia. Asimismo, en el local también se guardaban herramientas y sacos de arena, que se arrojaba a las vías los días de lluvia para que el tranvía no resbalara.
articulo de http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160709/403031026861/barcelona-secreta-bar-trole-muravalla-medieval.html
El santo popular de Sant Andreu que fue vetado por la iglesia
La
tumba de un joven seminarista al que el obispo impidió ser sacerdote
por prácticas esotéricas en su familia se venera desde hace un siglo en
el cementerio de Sant Andreu
Xavi Casinos, Barcelona
Casi todo el mundo en Barcelona ha escuchado hablar alguna vez del ‘santet’ del Poblenou, un joven empleado de los almacenes El Siglo
fallecido en 1899 con 22 años al que se atribuyen algunos milagros y
cuya sepultura es aún hoy objeto de veneración. Pero menos conocido es
otro santo popular, Francesc Pla, el capellanet de Sant Andreu. Falleció también joven, en 1918, a los 25 años. Dicen que murió de pena porque no le dejaron ser sacerdote.
El caso del capellanet de Sant Andreu encendió la indignación y solidaridad con la familia
en el antiguo municipio. Aún hoy, un siglo después, en su nicho nunca
faltan las flores. Francesc Pla era seminarista. Su ilusión era ser
ordenado sacerdote, pero el obispo de Barcelona de la época, el
valenciano Enric Reig, se interpuso en su vocación.
A los oídos del religioso había llegado que la madre del seminarista
practicaba el espiritismo, una creencia que en aquellos años tenía muchos seguidores en Sant Andreu,
incluso entre miembros honorables de los círculos acomodados e
intelectuales de la barriada y eso fue determinante para vetarlo.
Reig hizo llamar al joven seminarista, al que anunció que con los antecedentes de su madre no podía ser ordenado. Aquello hundió en la depresión a Francesc Pla,
que al cabo de unos meses falleció, lo que causó una gran conmoción
entre los vecinos, que ya desde hacía tiempo apodaban al joven el
capellanet por su ya temprana vocación religiosa.
Añade la leyenda que Reig visitaba precisamente Sant Andreu cuando
presenció un multitudinario paso fúnebre. Asombrado, preguntó de quién
se trataba. Al saber que era el seminarista expulsado, recordó las
palabras con las que este se había despedido en su despacho: “Esto será mi muerte y usted verá mi entierro”.
Temprana vocación
El fallecimiento del joven causó una gran conmoción entre los
vecinos, que ya desde hacía tiempo apodaban al joven el ‘capellanet’
Desde entonces, la tumba del capellanet, en la base circular
de la capilla central del cementerio de Sant Andreu, no ha dejado de ser
visitada por los devotos de este santo popular. Nunca faltan
flores y hasta hace unos pocos años era habitual la presencia de exvotos
y otros objetos en el nicho dejados allí por quienes acudían a pedir
alguna cosa al seminarista.
El caso del santet de Sant Andreu coincidió en el tiempo con el nuevo reglamento para el seminario de Barcelona
que impulsó el propio Reig en 1917. El reglamento endureció las
condiciones de acceso de los seminaristas, así como el código de
conducta mientras permanecían en el centro. El obispo no ocultaba
incluso su inspiración en el código militar. En ese contexto se explica
la fulminante expulsión de Francesc Pla por los antecedentes
espiritistas de su madre.
El veto de Reig tuvo sin embargo su moraleja. Los ‘andreuencs’ perdieron a un sacerdote, pero lo convirtieron en santo popular.
articulo de http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160806/403685521889/barcelona-secreta-santo-sant-andreu-popular-francesc-pla.html
¿Por qué hay un escudo del Barça en el interior de Santa María del Mar?
Un inesperado emblema escondido en una de las vidrieras sorprende a los visitantes de la iglesia
Xavi Casinos, Barcelona
Más de un visitante perspicaz se da un susto cuando, admirando el
interior de Santa Maria del Mar, alza la vista y piensa que tiene una
alucinación. Y eso ocurre cuando la vista se clava en un escudo del FC
Barcelona escondido en una de las vidrieras de la basílica. La realidad
es que la presencia del emblema azulgrana no tiene nada que ver con el
barcelonismo del templo, sino que debe buscarse en uno de los episodios de destrucción que ha vivido a lo largo de la historia la denominada ‘catedral del Mar’.
El escudo se encuentra al pie de uno de los ventanales del segundo
piso, a la izquierda, según se mira hacia el altar. Fue colocado allí a finales de la década de los 60
del pasado siglo, cuando se decidió restaurar las vidrieras, que habían
resultado muy dañadas como consecuencia del incendio que sufrió la
basílica el 17 de julio de 1936, en el inicio de la guerra civil. El
fuego duró 11 días. Una vez apagado, la Generalitat tapió las entradas
para evitar más saqueos. Tan solo quedó accesible la puerta
correspondiente al paseo del Born. El archivo de la parroquia
A partir de 1938, a propuesta del escultor Frederic Marés, se
iniciaron trabajos de restauración. Tras retirar los restos de la
profanación de tumbas y destrucción de altares, se procedió al derribo
de varias bóvedas del deambulatorio construidas en el siglo XVI para
ganar un piso en el que instalar el archivo de la parroquia. Este es uno
de los motivos por los que la planta actual de la basílica ofrece el
aspecto diáfano que tanto admiran los estudiosos del gótico catalán.
Los trabajos de restauración de retomaron tras la guerra, y en los años 60 se decidió a sustituir las vidrieras destruidas por el fuego.
Para ello, se impulsó una campaña de patrocinio a través de gremios y
entidades de la ciudad, entre ellas el FC Barcelona. El escudo es, pues,
la constancia de que la vidriera fue financiada por la directiva culé,
que se gastó 100.000 pesetas de la época. El diseño es de Pere Cánovas Aparicio.
Las huellas del incendio, con muchas partes ennegrecidas por el humo,
son todavía bien visibles en el interior y el tejado de Santa Maria del
Mar. Los daños fueron valorados en su día en unos 20 millones de
pesetas, lo que ahora serían unos 120.000 euros.
articulo de http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160716/403235808003/santa-maria-del-mar-escudo-barca-clam.html
La
maqueta de un navío, reclamo de una antigua sastrería, sobrevive para
asombro de los curiosos en una fachada de la plaza Santa Maria
Lleva décadas navegando en solitario a ninguna parte, suspendido en el vacío junto a Santa Maria del Mar. Se trata de una maqueta de un discreto barco
solo visible para los curiosos que alzan la cabeza sobre la finca del
número 4 de la calle Santa Maria. Fijado a la fachada por un eje de
hierro, entre el balcón del primer piso y la entrada a un restaurante de
tapas, quien lo descubre se pregunta qué hace allí, qué representa.
Aunque la imaginación nos pueda llevar a lejanas gestas marítimas, la
realidad es mucho más prosaica. Se trata del reclamo publicitario de una
antigua y popular sastrería que se resiste a desaparecer.
La sastrería se llamaba precisamente El Barco y era un
establecimiento muy conocido en Barcelona. Prueba de su gran actividad
es que un anuncio que reclamaba trabajadores especializados en el ramo
fue durante años habitual en la sección de demandas de La Vanguardia.
Este establecimiento solía anunciarse también en publicaciones y con flyers
que se repartían por los buzones. En estos constaba la imagen del barco
y se hacía saber a los clientes potenciales que se confeccionaban
trajes a medida en tan solo seis horas y que la gran especialidad de la
casa era la ropa de mecánico y de sport.
Según fotografías y grabados antiguos, casi al lado de El Barco había
otra popular sastrería, La Lluna, que se anunciaba con una caricatura
del satélite en forma de disco suspendido también de la fachada. Ambos
negocios desaparecieron a finales del siglo XX. Hoy, el local dela Lluna
es una tienda de ropa que ha prescindido del reclamo. En cambio, el de
El Barco ha sido conservado y restaurado por los actuales responsables
del restaurante, de manera que el incansable navío blanco y verde sigue
su infinita travesía escoltado por la catedral del mar.
articulo de http://www.lavanguardia.com/cultura/20151008/54437959120/barcelona-secreta-barco-catedral-mar.html
Elcano, Estefanía de Mónaco y el Gobierno vasco en el exilio
Un
edificio del paseo de Gracia presidido por el navegante que dio la
primera vuelta al mundo acogió al ejecutivo de Euskadi durante la guerra
civil
Xavi Casinos, Barcelona
La escultura de un marino en postura arrogante, obra de Francesc
Pont, preside la fachada del edificio situado en el número 60 del paseo
de Gracia. El marino no es anónimo. Se trata de Juan Sebastián Elcano, el primero en completar la vuelta al mundo. El inmueble es conocido, además de por el nombre de Casa Elcano,
como Casa Olano, por su promotor, y también popularmente como Casa del
Pirata, por una interpretación libre de la figura desafiante del
navegante.
Desde 1997, la referencia de la finca es, no obstante, la tienda de
moda Replay, que abrió en un inicio también como restaurante de una
cadena promocionada por Estefanía de Mónaco, en una primera incursión de la díscola princesa en el mundo de los negocios.
Además de por el legendario navegante, el edificio fue durante la guerra civil el vínculo entre Catalunya y el País Vasco.
Una placa en catalán y euskera recuerda que allí estuvo la sede de la
Delegación del Gobierno vasco desde que este se formara por primera vez,
en octubre de 1936. Unos meses después se instalaría el Ejecutivo
presidido por José Antonio Aguirre en el exilio hasta el fin de la
contienda.
El primer Gobierno autónomo del País Vasco nació ya en plena
guerra civil. Ante la imposibilidad de celebrar elecciones, se acordó
que el lehendakari fuera elegido por los concejales de los ayuntamientos
no ocupados por los franquistas. En un inicio, el Gabinete de Aguirre intentó resistir, pero los golpistas tardaron pocos meses en ocupar Euskadi y aislarlo del resto de los territorios bajo control republicano. Colaboración y exilio
En junio de 1937, Aguirre y parte de su Gabinete se trasladaron a
Barcelona y se instalaron en la Casa Elcano, un edificio del siglo XIX
obra del arquitecto Tiberi Sabater i Carner. La colaboración
entre el Govern de la Generalitat, presidido por Lluís Companys, y el de
Aguirre fue durante esos años estrecha.
Ambos presidentes cruzaron juntos la frontera con Francia el 4
de febrero de 1939. Aguirre intentó mantener el Gobierno en el exilio
en París, pero la invasión alemana en 1940 le obligó a huir de nuevo,
esta vez de la Gestapo. Tuvo mejor suerte que Companys gracias a la
osadía de esconderse durante más de un año bajo identidad falsa en la
Bélgica ocupada y en Berlín, en la misma boca del lobo, donde, bien
mirado, nadie le buscaría. Finalmente, logró pasar a Suecia y desde allí
a Brasil.
Articulo de http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160723/403398529439/casa-elcano-juan-sebastian-elcano-catalunya-pais-vasco-barcelona.html
Al carrer Arc del Teatre hi ha un façana de bella factura modernista que llueix el nom de L’apotecari Mágic
El carrer Arc del Teatre va ser una via important, una mena de rambla
natural de l'extint Barri Xinès. Gran part de l'activitat d'aquest
sector urbà es concentrava en aquestes voreres, ahir plagades de
tavernes i pensions, on fins a ben passada la postguerra es van seguir
organitzant petits mercats de queviures. El meu pare recordava com en
aquells anys, els pescadors amb canya venien les seves captures al
terra, sobre un full de diari. Mentre els recollidors de burilles
oferien grapats de tabac de segona embolicada, per a fumadors pobres.
En aquest espai, avui sense cap encís i en plena transformació, es
troba una façana singular, un aparador de bella factura modernista, que
llueix el nom de L’apotecari Mágic. La botiga fa pinta de portar anys
tancada, fa joc amb una altra façana oblidada al veí carrer del Carmen,
la de “T. Planas. Casa fundada en 1804”. En aquest cas, L’apotecari
presenta dos plafons a banda i banda de la porta, on pot llegir-se:
“Casa fundada el 1820” i “Restaurada el 1992”. Mentre, al vidre figura
el nom del Centre Obert Laboure. Tot aquest cúmul de referències
inintel·ligibles al·ludeixen a les diferents vides que ha tingut aquest
local gairebé bicentenari.
Això va ser la Farmàcia Casadesús, fundada el 1820. Encara que les
primeres notícies sobre l'establiment són posteriors, concretament del
1859, quan el diari barceloní La Corona informa que don Ramón Casadesús regenta una botica en aquest immoble. La següent cita és del 1882, de l'Anuari del Comerç,la Indústria, la Magistratura i l'Administració.
Allà, el farmacèutic Casadesús figura amb les més de 120 farmàcies que
hi havia llavors a Barcelona, com la famosa Botica de la Corona del
carrer Gignàs, la Botica de la Trinitat del carrer Ferran, o l'Alsina
del passatge del Crèdit, especialitzada en medicaments importats de
França, Anglaterra i els Estats Units.
El 1883, Ramón Casadesús figurava com a segon delegat a la llista
electoral del Comitè Liberal Monàrquic. Va ser triat regidor, i el 1885
ja era tinent d'alcalde. La seva defunció es va produir el 1896. Aquest
mateix any, a l'Anuari Rigués ja figuraven com a propietaris de
la farmàcia els “hereus de Ramón Casadesús”. En la mateixa publicació i
data, apareix per primera vegada el doctor Modest Cuixart Panella, que
tenia la seva consulta al primer pis d'aquesta mateixa finca. Poc
després, el seu germà, Salvador Cuixart Panella, va comprar la farmàcia
Casadesús.
Diversos anuncis de La Vanguardia donen fe del nou
propietari, que aprofita l'èxit de l'anterior boticari. Cuixart
comercialitza les Píndoles Anticloròtiques Casadesús, “Amb 85 anys
d'èxit”. Unes pastilles que garanteixen “la curació radical de la
clorosis, pobresa de sang, desajustos menstruals, etc.”. Un altre
específic de la casa són les Pólvores Estomacals Casadesús, que prometen
guarir les “gastràlgies, flatulències, restrenyiment, dispèpsia
hiperclorídica, nàusees i vòmits de l'embaràs”. Sense oblidar l'Aigua
del Carmen Casadesús, el Xarop de Fosfat de Calç Gelatinós Casadesús, o
la Pols Coza de l'empresa anglesa Coza House, capaç d'apartar el bevedor
de l'embriaguesa, fent desagradable el gust de l'alcohol. Aquest Modest
Cuixart Panella és l'oncle del pintor Modest Cuixart Tapies.
La farmàcia Cuixart comparteix finca amb Luís Tasso, un impressor
menorquí que, a partir del 1864, instal·la la seva impremta a l'interior
de l'illa, on es dedica a la impressió de cartells, llibres i
periòdics, com la revista satírica La Flaca, el diari republicà federal La Independència o les revistes il·lustrades El Universo Ilustrado,La Madeja Política,El Hipòdromo Cómico i Cataluña. Fins i tot edita una de les primeres publicacions dedicada exclusivament al públic femení, La Ilustración de la Mujer. El 1877 pren el relleu al negoci Luís Tasso i Serra, el seu fill, que crea La Ilustración,
una revista on es publicarà el primer reportatge gràfic de la història a
Espanya, sobre un terratrèmol a Andalusia, obra del fotògraf gironí
Heribert Mariezcurrena. També imprimirà algun dels projectes de Luís
Cutchet, a qui van dedicar un passatge al mateix carrer de l'Arc del
Teatre.
A partir del 1907, la impremta passa a dir-se Viuda de Tasso, encara
que qui mana és el seu gerent, Alfonso Vilardell. Fins que, el 1936, el
local resulta confiscat per la CNT. En aquest període, editen el llibre Barcelona y las provincias catalanas,
amb textos de Carreras Candi i Miguel Santos Oliver, on es presenta la
ciutat com “La Metròpolis del Mediterráneo”. A la postguerra, Vilardell
ven la maquinària i el local, desapareixent el negoci per sempre. Pel
que fa a la farmàcia Cuixart, el 1949 encara figurava al capdavant
Modest Cuixart Panella, que va morir el 1956.
No tenim notícia de l'establiment fins al 1979, quan el local es
transforma en L’apotecari Mágic, una botiga dedicada a la màgia, oberta
per Víctor Martín Roig. Aquest mestre de mags havia iniciat una empresa
de venda per correu de material per a il·lusionistes, Selecciones
Mágicas, amb el seu soci José Llacer. Tots dos havien iniciat el 1975 la
companyia de prestidigitació Abracadabra. Quan se separen, Llacer obre
la botiga Selecciones Mágicas, actualment al carrer Enamorats. Mentre
Martín obre L’apotecari. El negoci pateix un cop dur el 1985, amb la
mort en accident de trànsit del seu fundador.
A partir del 1995, la farmàcia passa a les mans de María Garriga, que
obre el Centre Obert Laboure, un centre d'atenció als més necessitats,
paret per paret amb una de les mesquites més antigues de la ciutat. Fins
que, el 2007, Laboure es fusiona amb el centre d'assistència social La
Llar, i passa a denominar-se Raval Obert. Abandonat el local, des de
llavors llueix el seu passat en capes superposades de dates i de noms,
com un trencaclosques
articulo de https://cat.elpais.com/cat/2017/09/08/cultura/1504897058_123149.html
El terrat de l'edifici de Portal de l’Àngel conserva un conjunt escultòric desconegut, únic testimoni de la seva època gloriosa
Barcelona és una ciutat amb un gran nombre d'escultures i monuments
commemoratius que recorden personatges i esdeveniments que van marcar,
positivament o negativament, la seva història. L'últim, és el que està
prenent forma per honrar les víctimes de l'atemptat terrorista del
passat 17 d'agost a la Rambla. Però no tots els monuments de Barcelona
estan a la vista dels ciutadans, ni són fotografiats pels milions de
turistes que visiten aquesta ciutat. És el que li passa al conjunt que
s'aixeca al terrat de l'edifici de Can Jorba de Portal de l'Àngel (avui
El Corte Inglés) cantonada amb el carrer de Santa Anna. L'enorme conjunt
escultòric forma una estructura escalonada presidida per una figura
femenina, potser una deessa Fortuna que porta a les seves mans una
espècie de cornucòpia, atribut de bona sort i fertilitat. La figura està
asseguda sobre una cadira clàssica tipus klismos i està
envoltada de 16 nens repartits en grup de tres en els quatre vèrtexs.
Els nens porten joguines com ara pilotes, vaixells i nines. El monument,
que dona l'esquena al carrer, passa totalment desapercebut perquè és
impossible veure’l des del carrer, ja que només és visible des dels
terrats dels edificis propers.
Però, què fa un conjunt escultòric d'aquestes dimensions enfilat a la
terrassa d'uns grans magatzems a la qual només pot accedir-s’hi des de
l'últim pis, amb autorització dels propietaris de l'edifici i en
companyia de personal de seguretat? La història d'aquest monument està
lligada als avatars d'aquest imponent edifici historicista construït per
Arnald Calvet Peyronill el 1926 per acollir una sucursal de l'empresa
familiar de grans magatzems nascuda a Manresa, que tenia entre els seus
assoliments ser el primer edifici comercial d’Espanya amb escala
mecànica.
El conjunt no és visible des del carrer, només des dels terrats propers
Avui el monument està aïllat i solitari, però al començament dels
anys trenta del segle passat va ser la cirereta d'una de les zones més
concorregudes de la ciutat. L'octubre del 1932 la premsa donava notícia
de la inauguració de l'ampliació dels Almacenes Jorba després de
l'enderrocament de la casa que feia cantonada amb Santa Anna, a més de
créixer dues plantes. Les obres van permetre “projectar un gran cos
circular en el vèrtex d'angle que acaba amb una elevadíssima cúpula”, un
element que avui caracteritza l'arquitectònica façana d'aquest edifici.
La inauguració es va celebrar en el quart pis on es van instal·lar
exposicions de pintura i flors, a més d'obrir oficines de correus,
telèfons i telègrafs, cables, certificats i gir postal, a més d'una zona
on s'impartien cursets de costura, cuina i labors, per fidelitzar la
clientela femenina. A la nova zona es va instal·lar una guarderia per a
nens perquè les mares compressin amb més tranquil·litat. La guarderia
disposava d’un petit zoo que feia les delícies dels petits i va donar
algun disgust als seus propietaris, com quan un dels ximpanzés es va
escapar de la gàbia i es va passar uns dies enfilat als arbres de la
plaça de Catalunya.
L'abril del 1933, els diaris recollien una altra inauguració: “Una
nova terrassa d'esbarjo i descans, especialment dedicada als nens, que
està perfectament instal·lada, envoltada de pèrgoles, un luxós bar
americà i xarcuteria, una artística font lluminosa amb vint jocs
diferents d'aigua i de llum, uns diorames del fons del mar, d'un volcà
en erupció i diverses glorietes de descans”. La crònica prossegueix:
“S'estan instal·lant en aquesta terrassa jocs infantils, gronxadors, un
carrusel miniatura i altres atractius que faran les delícies dels
menuts”, però no diu res del monument.
En la terrassa hi havia una font amb llum de colors com la de Buïgas de 1929
Dos mesos abans, el febrer del 1933, els amos dels magatzems van fer
un reportatge fotogràfic complet que recorre l'edifici des de l'exterior
fins al pis superior en el qual apareixen les noves seccions i els nous
espais. Tres fotografies mostren com era la nova terrassa que estava
presidida pel monument dedicat a la infància col·locat sobre un enorme
pilar quadrangular que amagaria l'ascensor o el muntacàrregues i que
estava decorat també amb esgrafiats amb nens jugant. Al costat del
monument, l'enorme font de llum i aigua inspirada en la que Carles
Buïgas va crear per a l’Exposició Internacional del 1929 que tenia també
figuretes escultòriques a joc amb el monument. La resta de la terrassa
estava ocupada per una enorme cafeteria que acollia nombroses famílies i
els seus nens com els que van posar en una altra de les imatges que
conserva l’Arxiu Lluís G. Jorba Gomis.
El 1963 l'edifici va passar a ser propietat de Galerías Preciados que
va reformar, de nou, l'edifici i el va reinaugurar l'any següent. Va
ser llavors quan es van afegir dos pisos més i tot el que hi havia a la
terrassa va desaparèixer. Però no el monument, que es va salvar gràcies a
l'enorme pedestal que li va permetre superar, per molt poc, l’afegit. I
aquí s'ha quedat, sense sentit, gairebé oblidat, d'esquena a tothom i
inaccessible. Des de fa uns mesos una bastida cobreix la façana d'aquest
edifici propietat des del 1995 d'El Corte Inglés. Els plans de
restauració i neteja de la façana també afecten aquesta deessa i el seu
jove seguici que donaran llustre i protecció a aquestes figures perquè
segueixin enfrontant-se, en solitud, a les inclemències del temps.
El
parking bajo el monumento a Pitarra conserva el único tramo
superviviente de la muralla que mandó construir Pere II el Gran en el
siglo XIII y que transcurría por el actual paseo
Xavi Casinos
La Rambla es la calle más emblemática de Barcelona, y
desde el pasado 17 de agosto es también símbolo del terrorismo más
irracional. Ha pasado ya casi un mes y el paseo va recuperando poco a
poco la esencia de lo que nunca debió dejar de ser, sus personajes, su
idiosincrasia, sus celebraciones y su historia. Parte de esta historia
es que la Rambla fue a partir del siglo XIII el límite de Barcelona,
pues por su vertiente derecha, según se mira desde , transcurría la muralla que cerraba la ciudad medieval.
A partir del siglo XI, Barcelona ya había superado el recinto
amurallado de la ciudad romana, asentándose nuevos núcleos urbanos,
viles noves, alrededor de los caminos de acceso que quedaban indefensos.
Por eso, Pere II el Gran ordenó en 1285 construir una nueva
muralla para fortificar y consolidar la nueva ciudad. Una decisión
apremiada por la entrada de tropas francesas en Catalunya que asediaron
Girona.
El nuevo recinto amurallado ampliaba notablemente el romano.
Por un lado llegaba aproximadamente hasta lo que hoy es el Born,
transcurría después por la actual plaza Urquinaona y llegaba al mar por
la Rambla, que entonces era tan solo un arenal por el que se canalizaban
aguas que bajaban de Collserola.
De aquella muralla tan solo queda un pequeño paño que se conserva en la rampa de un aparcamiento subterráneo junto al monumento a Pitarra, por lo que tan solo es visible por quienes allí estacionan. También queda el recuerdo de la Portaferrissa, el portal más importante de esa segunda muralla, en cuya calle del mismo nombre puede apreciarse un mural de cerámica sobre
una fuente que evoca el ambiente barcelonés junto al histórico acceso.
Se conocía como Portaferrissa por las barras de hierro que la decoraban y
que se utilizaban como unidades de medida.
Además de la Portaferrissa, había otras cuatro puertas en la Rambla, la de Santa Anna; la de la Boqueria; la de Trentaclaus, a la
altura de la actual calle del Arc del Teatre y a la que pertenece el
lienzo de muralla alojado en el aparcamiento, y la de Framenors, junto a Colón.
Como curiosidad, añadir un hecho curioso y poco conocido, y es que la
situación de las antiguas cinco puertas está hoy marcada por la
presencia de unos faroles singulares de cinco brazos. Así, quien pasee
por la Rambla sabrá dónde estaban las puertas de la muralla por estos
elementos.
Pere II el Gran ordenó en 1285 construir una nueva muralla para fortificar y consolidar la nueva ciudad
Articulo de la vanguardia http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20170910/431108265059/muralla-aparcada-rambla-barcelona-secreta.html