sábado, 16 de septiembre de 2017

La muralla ‘aparcada’ de la Rambla y las Farolas de 5 brazos



La muralla ‘aparcada’ de la Rambla

  • El parking bajo el monumento a Pitarra conserva el único tramo superviviente de la muralla que mandó construir Pere II el Gran en el siglo XIII y que transcurría por el actual paseo

La muralla ‘aparcada’ de la Rambla
Lienzo superviviente de la muralla de la Rambla (Xavi Casinos)


La Rambla es la calle más emblemática de Barcelona, y desde el pasado 17 de agosto es también símbolo del terrorismo más irracional. Ha pasado ya casi un mes y el paseo va recuperando poco a poco la esencia de lo que nunca debió dejar de ser, sus personajes, su idiosincrasia, sus celebraciones y su historia. Parte de esta historia es que la Rambla fue a partir del siglo XIII el límite de Barcelona, pues por su vertiente derecha, según se mira desde , transcurría la muralla que cerraba la ciudad medieval.
A partir del siglo XI, Barcelona ya había superado el recinto amurallado de la ciudad romana, asentándose nuevos núcleos urbanos, viles noves, alrededor de los caminos de acceso que quedaban indefensos. Por eso, Pere II el Gran ordenó en 1285 construir una nueva muralla para fortificar y consolidar la nueva ciudad. Una decisión apremiada por la entrada de tropas francesas en Catalunya que asediaron Girona.

Restos de la muralla, en la entrada del aparcamiento
Restos de la muralla, en la entrada del aparcamiento (Xavi Casinos)
El nuevo recinto amurallado ampliaba notablemente el romano. Por un lado llegaba aproximadamente hasta lo que hoy es el Born, transcurría después por la actual plaza Urquinaona y llegaba al mar por la Rambla, que entonces era tan solo un arenal por el que se canalizaban aguas que bajaban de Collserola.
De aquella muralla tan solo queda un pequeño paño que se conserva en la rampa de un aparcamiento subterráneo junto al monumento a Pitarra, por lo que tan solo es visible por quienes allí estacionan. También queda el recuerdo de la Portaferrissa, el portal más importante de esa segunda muralla, en cuya calle del mismo nombre puede apreciarse un mural de cerámica sobre una fuente que evoca el ambiente barcelonés junto al histórico acceso. Se conocía como Portaferrissa por las barras de hierro que la decoraban y que se utilizaban como unidades de medida.

Farola correspondiente a la puerta de Framenors, junto a Colón
Farola correspondiente a la puerta de Framenors, junto a Colón (Xavi Casinos)
Además de la Portaferrissa, había otras cuatro puertas en la Rambla, la de Santa Anna; la de la Boqueria; la de Trentaclaus, a la altura de la actual calle del Arc del Teatre y a la que pertenece el lienzo de muralla alojado en el aparcamiento, y la de Framenors, junto a Colón.
Como curiosidad, añadir un hecho curioso y poco conocido, y es que la situación de las antiguas cinco puertas está hoy marcada por la presencia de unos faroles singulares de cinco brazos. Así, quien pasee por la Rambla sabrá dónde estaban las puertas de la muralla por estos elementos.

Farola que marca la desaparecida puerta de Santa Anna
Farola que marca la desaparecida puerta de Santa Anna (Xavi Casinos)
Pere II el Gran ordenó en 1285 construir una nueva muralla para fortificar y consolidar la nueva ciudad


Articulo de la vanguardia http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20170910/431108265059/muralla-aparcada-rambla-barcelona-secreta.html

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