La muralla ‘aparcada’ de la Rambla
- El parking bajo el monumento a Pitarra conserva el único tramo superviviente de la muralla que mandó construir Pere II el Gran en el siglo XIII y que transcurría por el actual paseo
A partir del siglo XI, Barcelona ya había superado el recinto amurallado de la ciudad romana, asentándose nuevos núcleos urbanos, viles noves, alrededor de los caminos de acceso que quedaban indefensos. Por eso, Pere II el Gran ordenó en 1285 construir una nueva muralla para fortificar y consolidar la nueva ciudad. Una decisión apremiada por la entrada de tropas francesas en Catalunya que asediaron Girona.
De aquella muralla tan solo queda un pequeño paño que se conserva en la rampa de un aparcamiento subterráneo junto al monumento a Pitarra, por lo que tan solo es visible por quienes allí estacionan. También queda el recuerdo de la Portaferrissa, el portal más importante de esa segunda muralla, en cuya calle del mismo nombre puede apreciarse un mural de cerámica sobre una fuente que evoca el ambiente barcelonés junto al histórico acceso. Se conocía como Portaferrissa por las barras de hierro que la decoraban y que se utilizaban como unidades de medida.
Como curiosidad, añadir un hecho curioso y poco conocido, y es que la situación de las antiguas cinco puertas está hoy marcada por la presencia de unos faroles singulares de cinco brazos. Así, quien pasee por la Rambla sabrá dónde estaban las puertas de la muralla por estos elementos.
Pere II el Gran ordenó en 1285 construir una nueva muralla para fortificar y consolidar la nueva ciudad
Articulo de la vanguardia http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20170910/431108265059/muralla-aparcada-rambla-barcelona-secreta.html
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