sábado, 16 de septiembre de 2017

La muralla del centenario bar Trole

La muralla del centenario bar Trole

  • El establecimiento de la ronda Sant Pere con el paseo Lluís Companys conserva en el sótano un muro de las antiguas defensas medievales de Barcelona
La muralla del centenario bar Trole
El Trole empezó llamándose “Trolley”, en inglés, hasta que la dictadura de Primo de Rivera obligó a cambiarlo (Xavi Casinos)
El Trole es un popular e histórico bar situado en la esquina de la ronda Sant Pere con el paseo Lluís Companys. Nació en 1896 y sus primeros clientes fueron los carreteros que llevaban sus mercancías al mercado del Born, que recuperaban fuerzas con vino y otras bebidas. Más tarde, frente al bar, se instaló una parada de la línea 29 del tranvía, hecho que contribuyó al nombre del establecimiento. El Trole, además, guarda un pequeño secreto en el sótano visible cuando los clientes van al lavabo. Se trata de un muro de la muralla medieval de la ciudad que discurría por ese punto.
La conservación de este trozo de muralla fue una de las condiciones que el propietario del establecimiento impuso a la inmobiliaria Núñez y Navarro cuando hace unos años adquirió la finca para construir un bloque de pisos. El Trole reabrió al finalizar las obras y con él ese trozo de historia de la defensa de Barcelona. Durante el tiempo que duraron los trabajos, el Trole siguió su actividad en los vecinos juzgados, al conseguir la concesión del bar.
El trozo de muralla medieval del Trole de Barcelona
El trozo de muralla medieval del Trole de Barcelona (Xavi Casinos)
Al principio el bar se llamó Trolley, término anglosajón utilizado a principios del siglo XX para denominar al tranvía. Tuvo que cambiarse a Trole durante los años de la dictadura de Primo de Rivera, cuando el régimen ordenó sustituir denominaciones de origen extranjero por españolas.
Como que la parada del 29 se situaba enfrente del bar, la compañía de tranvías instaló un teléfono para informar de las incidencias
El Trole mantuvo siempre una relación más que amistosa con la compañía de tranvías. No en vano, los pasajeros del 29 eran también parte importante de la clientela del bar. Como que la parada del 29 situada enfrente era de las clasificadas como de control, la compañía instaló un teléfono, el 17151, en el bar a través del cual se informaba de cualquier incidencia. Asimismo, en el local también se guardaban herramientas y sacos de arena, que se arrojaba a las vías los días de lluvia para que el tranvía no resbalara.
articulo de  http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20160709/403031026861/barcelona-secreta-bar-trole-muravalla-medieval.html

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